Opinión

Ginecología actualizada

Ginecología actualizada

La historia se construye en hechos y se cuenta con palabras, las palabras, a veces cómplices del poder, ocultan, modifican o visibilizan la realidad.  Para el diccionario de la Real Academia sustraer significa separar, apartar extraer.

Para nuestro Poder Judicial y el Legislativo tiene otros significados:

Sustracción es: llevar una persona menor de edad a un motel y darle alcohol.

Sustracción es:  cuando una persona menor de edad  pide ayuda para su abuelo, ofrecérsela  a cambio de fornicar con ella.

Sustracción es: cuando un adulto presiona a una niña de 13 años para que no lo denuncie por violación.

Sustracción es: tener sexo con una persona menor de edad.

Sustracción es: prometer a una niña sacarla de la pobreza a cambio de dejarse  penetrar por un adulto.

Sustracción es: ofrecer una casa amueblada a una niña de 13 años a cambio de tener sexo con ella.

He citado todas estas versiones distorsionadas de la palabra sustracción. ¿Serán estas acepciones las que en lo adelante predominarán en nuestra sociedad? Si es así, que nos den temprano una clara señal para empezar a prepararnos para la sociedad del miedo que tendremos: una nación que reivindique la bonhomía de los “sustractores” y condene a las niñas a vivir encarceladas en sus propias casas.

Hay quien dice que en algunos casos  los familiares son cómplices de la violación, porque aceptan dinero. Habría que mencionar también una gran parte de compañeros de partido, del Congreso, y  del Poder Judicial.

 Otros me dicen: “Es que muchas familias son muy pobre”. Pero les diré algo: Todos los pobres no venden sus hijas. La pobreza no es sinónimo de vender los hijos. El que entrega una hija al mejor  postor debe ser juzgado por ese crimen.

 Las autoridades nos están rigiendo por un machista refrán gallero: Vecina, cuide su gallina que mi  gallo anda  suelto.

En este caso, sin embargo, yo diría: Madres, cuiden sus niñas que andan violadores sueltos, han logrado representar a los partidos políticos y formar parte del Congreso.

 Una menor de edad cerca de un legislador de la calaña de los “sustractores” podría estar en riesgo.

El Nacional

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