Opinión

Ginecologia actualizada

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Con sus dolorosas llagas, el virus del herpes simple vuelve y vuelve. La mayor parte del tiempo cuando las ampollas del herpes no están presentes en la piel el virus permanece en un estado latente (inactivo) en el sistema nervioso central, donde no hace ningún daño.

Cuando el virus se reactiva (o despierta) viaja a través de las trayectorias del nervio a la superficie de la piel, a veces causando un “brote” o desarrolla síntomas.

Los brotes del herpes tienen diversos patrones. La frecuencia típica de un brote del herpes es cuatro veces al año (o una vez cada tres meses).

En el primer año la recurrencia es más frecuente, pero a medida que transcurre el tiempo, generalmente hay menos erupciones, se curan más rápidamente, y el brote es menos doloroso debido a que su sistema inmune acumula anticuerpos contra el virus.

Mucha gente no experimenta una recurrencia hasta meses e incluso, a veces hasta años después de su primer brote. Algunas personas nunca experimentan otra repetición.

 Los síntomas pueden llevar más tiempo para mostrarse o ser menos severos en algunas personas, especialmente en aquellos con inmunidad parcial al virus por haber tenido herpes oral.

Es muy importante  no tener sexo durante un brote activo del herpes. El contacto con el área infectada durante un brote activo puede fácilmente contagiar el virus así como prolongar el brote.

La manifestación clásica del virus del herpes empieza como una inflamación o hinchazón que luego podría convertirse en una o varias ampollas  o llagas llenas de líquido.

Cuando las ampollas se rompen,  aparecen pequeñas úlceras redondas, y al secarse, forman costras y comienza el proceso de sanación. El virus puede estar todavía presente hasta que la úlcera haya sanado totalmente, y se caiga la costra.

La sanación de la piel no deja normalmente marcas o cicatrices.

 Si hay recurrencia la ampolla de herpes ocurrirá en el mismo lugar donde apareció previamente o cercano a este.

Factores  desencadenantes del brote:

• Estar decaído o debilitado.

•  Infecciones genitales (que afecten el área local de la piel).

• Exposición del área a luz solar fuerte.

• Condiciones que comprometan el sistema inmunológico de la persona (cuando el sistema inmunológico no este funcionando normalmente).

• Prolongados períodos de estrés.

• Fatiga.

• Luz ultravioleta

• Trauma quirúrgico.

• Alguna otra enfermedad (especialmente con fiebre).

• Temperaturas extremas.

 Dormir bien, practicar ejercicios físicos divertidos  y los jugos de fruta y vegetales frescos ayudarán a consolidar el sistema inmune y  evitar que el virus del herpes simple contraataque .

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