Semana

Goyito la  última noche

Goyito la  última noche

El 28 de este mes de mazo se cumplen 38 años de la partida de este mundo terrenal del periodista Gregorio García Castro (Goyito), una de las plumas más vibrantes de los últimos decenios.

El talentoso comunicador fue asesinado al caer la noche de ese día, en la calle Mercedes próximo a la José Reyes, luego de  escribir su leida y comentada columna “En un Tris”, que diariamente publicaba  en el vespertino Ultima Hora,  cuyas oficinas estaban en la segunda planta del edificio ubicado en la 19 de Marzo esquina Salomé Ureña.

García Castro se dirigía a tomar su vehículo, un Opel modelo 69, que había comprado a crédito, por   la suma de 400 pesos a su amigo íntimo Víctor Manuel Féliz Peguero. 

Además de su trabajo de jefe de redacción de Ultima Hora, Goyito laboraba como director del departamento de Información y Relaciones Públicas de la Secretaría de Agricultura, cuyo asistente era el autor de este trabajo, y en el Colegio Dominicano de Ingenieros (Codia), cuyas oficinas estaban en el edificio Baquero, de la calle El Conde.

El  jefe de las oficinas del Codia era el abogado Mignolio Pujols.

El vil asesinato de García Castro se materializó a prima noche del 28 de marzo y en las investigaciones preliminares, a cargo del coronel Raúl Aristy Castro, se estableció la participación de un sargento policial de apellido Arias Sánchez, que meses después, de manera increíble, fue ascendido al grado de segundo teniente. El supuesto convicto murió en su pueblo natal, San Cristóbal.

Cuando se escucharon los primeros disparos que pusieron fin a la preclara vida de García Castro, en la redacción del Listin Diario, en la  calle 19 de Marzo,  se  laboraba de  forma normal.

El hoy director de ese diario, Miguel Franjul, proclamó: “están tirando” y salió corriendo al lugar de los hechos, retornando eufórico con la  demoledora noticia:

“Don Rafael (Herrera)…mataron a Goyito…”

De inmediato al director del Listín llamó al Presidente Balaguer, que al recibir la noticia expresó: “Esto es más grande que un golpe de Estado”.

El día antes de su asesinato disfrutábamos de un rico sancocho de tres carnes en casa del periodista César Medina y su primer esposa, Joselyn Calderón,  en la calle Luisa Ozema Pellerano, próximo a la Julio Verne. Junto a Goyito estuvieron el director de Ultima Hora Virgilio Alcántara, el colombiano Augusto Obando y el autor de esta nota, además de Junior, hermano de Joselyn, que  años después pereció en un accidente automovilístico.

Terminado el encuentro Obando propuso que pasáramos por el restaurant Vizcaya, en la avenida San Martín, pero  todos  obviamos la invitación del colombiano. Goyito específicamente expresó: “Yo me voy para mi casa, porque hay sectores que me quieren difuntear”.

Acto seguido tomó su vehículo y se trasladó a su casa. Al otro día, 28 de marzo, cuando se produjo la tragedia, se materializo el vaticinio a que había hecho referencia y que puso fin a su preciosa y misericordiosa vida.

El Presidente Balaguer sentía afecto y una admiración invaluables por el asesinado periodista, como queda demostrado y confirmado en el último párrafo del capítulo dedicado a García Castro, en su obra Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo, Página 292, que textualmente dice:

“Una de las más grandes frustraciones que me llevaré a la tumba, es la de morir sin  haber podido conocer a ciencia cierta el nombre del funcionario, militar o civil, que impartió la orden para que tres desalmados le arrebataran inicuamente la vida.

En su caso, contrariamente a como ocurrirá con el de Orlando Martinez Howley, otro rebelde de la misma textura espiritual de García Castro, hubo una confabulación de silencio que no me fue dable vencer, ni aún con la oferta de jugosas dádivas a los presuntos autores de esta infamia”.

Así fue la última noche del inolvidable amigo  Goyito!

El Nacional

La Voz de Todos