Noticias importante Deportes

Grandes jonrones marcan el comienzo de los playoffs en Grandes Ligas

Grandes jonrones marcan el comienzo de los playoffs en Grandes Ligas

El dominicano Edwin Encarnación, de los Azulejos de Toronto, celebra luego de definir el juego de comodines ante los Orioles de Baltimore con un jonrón en la undécima entrada, el martes 4 de octubre de 2016 (Frank Gunn/The Canadian Press via AP)

NUEVA YORK, EE.UU, (AP).- A nadie deben sorprender todos esos jonrones cruciales que se han conectado en la primera semana de la postemporada.

Los batazos largos están de vuelta. Hubo 5.610 cuadrangulares en la temporada regular, una cifra rebasada sólo por los 5.693 que se dispararon en 2000, en plena Era de los Esteroides.

Y Mark Teixeira cree conocer la causa.

“Creo que las pelotas son más duras, definitivamente. Simplemente puedo sentirlo, puedo oírla cuando le pegan con el bate”, dijo el primera base de los Yanquis de Nueva York, quien se retiró al final de esta campaña regular.

Durante la incipiente postemporada, el dominicano Edwin Encarnación pegó un vuelacerca para que Toronto ganara el juego de comodines de la Liga Americana, y Conor Gillaspie dio la ventaja a San Francisco con su leñazo en la novena entrada del duelo de la Nacional. Travis Wood se convirtió en el primer relevista en conectar un cuadrangular en playoffs desde 1924 y los Cachorros de Chicago se llevaron un triunfo en la serie divisional.

El número de bambinazos había caído de 4.661 en 2013 a 4.186 la temporada siguiente. El repunte comenzó el año pasado, con un total de 4.909.

Y en este año casi se impuso un récord.

“Hemos probado la pelota y estamos convencidos de que este tema no tiene su origen en una diferencia con ésta”, señaló el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred. “Mi opinión es que el incremento se relaciona con la manera en que se juega ahora este deporte, la forma en que se entrena a los bateadores desde una edad muy temprana. No hemos sido capaces de encontrar ninguna causa externa que explique el alza en el número de jonrones”.

Un récord de 111 bateadores conectaron 20 jonrones o más en esta temporada, por encima de los 64 que lo consiguieron en la anterior, de acuerdo con el Elias Sports Bureau. Y hay que olvidarse de los días de débil bateo por parte de los campocortos, intermedistas y antesalistas. Treinta y cinco de los jugadores que pegaron al menos 20 cuadrangulares estuvieron de inicio en esas posiciones al menos en 100 encuentros.

El número de toleteros con 30 vuelacercas o más casi se duplicó, de 20 a 38.

Los jonrones están entusiasmando al público y a los propios peloteros. Los boricuas Roberto Pérez y Francisco Lindor, así como Jason Kipnis, conectaron cuadrangular en un solo inning del primer encuentro de la serie divisional de la Americana entre los Indios y Boston.

“El primero fue emocionante, pero con el mío, todos se volvieron locos”, dijo Kipnis, quien sacudió el segundo de esos garrotazos.

“Y con el tercero, el dugout estaba fuera de sí”.

Un día después, los Azulejos dispararon tres jonrones durante un solo inning en Texas.

Cada vez con más frecuencia, los bateadores se arriesgan a hacer el swing. Los ponches impusieron un récord por noveno año consecutivo, con 39.982, un promedio de 8,02 por equipo en cada juego. Han aumentado 27% respecto de los 6,3 registrados en promedio en 2007.

El bateo se ha redefinido.

“Algunas veces, un bateador trabaja la cuenta, se coloca en 3-0 y conecta un jonrón en el Yankee Stadium, como (Matt) Wieters, que no se distingue por largos batazos. Trabaja la cuenta y encuentra un lanzamiento conectable”, dijo Buck Showalter, piloto de los Orioles, que lideraron las mayores con 253 batazos de cuatro esquinas.

La hipótesis de Teixeira no sólo se sustentaría en el número de jonrones. La velocidad promedio de las pelotas bateadas en esta campaña aumentó de 88,5 millas por hora en 2015 a 89,1 este año, de acuerdo con el sistema Statcast de las Grandes Ligas.

“¿De pronto nos volvimos tan buenos bateando? ¿Tan fuertes?”, preguntó.

Las pelotas de béisbol son fabricadas por Rawlings en Costa Rica. Cada una debe pesar entre cinco onzas y cinco un cuarto.

Tienen una circunferencia de entre nueve pulgadas y nueve un cuarto, y un diámetro de entre dos pulgadas siete octavos y tres.

La empresa y las mayores insisten en que no ha cambiado algo este año.

“No vemos nada fuera de nuestro rango normal de tolerancia o de nuestras especificaciones”, dijo Kathy Stephens, vocera de Rawlings, quien añadió que la empresa realiza sus propias pruebas.

En un comunicado, la oficina de las Grandes Ligas indicó “damos instrucciones al Centro de Investigación de Béisbol de UMass-Lowell para que realice pruebas periódicas de las pelotas durante la temporada regular”.

“Entre las pelotas analizadas al azar hay una muestra de las que se suministran a los clubes. Se prueba su peso, circunferencia, coeficiente de restitución y otros factores. Se hacen las mediciones para garantizar el cumplimiento con nuestras reglas, y se comparan con resultados previos. Estas revisiones no han encontrado diferencias en las pelotas que hayan resultado en un cambio en su desempeño”, indicaron las mayores.

El manager de Texas, Jeff Banister, había previsto un decremento en el número de jonrones para esta campaña, debido a un mejor pitcheo. Su pronóstico fue fallido.

“Uno enfrenta a los primeros, segundos y terceros lanzadores, y ellos en general no van a permitir muchos cuadrangulares”, dijo.

Toronto sacudió seis vuelacercas en los primeros dos juegos de la serie divisional de la Liga Americana. Yu Darvish permitió dos.

San Francisco disputó juegos de postemporada en el Wrigley Field de Chicago. Jeff Samardzija, quien jugó en los Cachorros, sabe que las condiciones en la “Ciudad de los Vientos” pueden incidir en el vuelo de la pelota.

“Uno observa las banderas y en cierto modo se basa en eso”, indicó.

El Nacional

La Voz de Todos