Opinión

Grandes políticos: Napoleón

Grandes políticos: Napoleón

Napoleón Bonaparte, nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio, capital de la actual Córcega, en una familia de ocho hermanos, su apellido italianizado, Buonaparte. La madre, María Leticia Ramolino, era una mujer de notable personalidad y carácter firme y ardiente y a la que luego Napoleón diría que todo lo que él era se lo debía a su madre. No tenía buena percepción de su padre, Carlos María Bonaparte, quien siempre con agobios económicos por sus inciertos tanteos en la abogacía. Sus dificultades se agravaron al tomar partido por la causa nacionalista de Córcega frente a su nueva metrópoli, Francia.

Carlos Bonaparte, que pertenencia a la pequeña nobleza con antepasados en Toscana, viajó con una recomendación de Marbeuf hacia la metrópoli para acreditarlas y logró que sus dos hijos mayores entraran en calidad de becarios en el Colegio de Autun. Los méritos escolares de Napoleón en matemáticas, facilitaron su ingreso en la Escuela Militar de Brienne. De allí salió a los diecisiete años como subteniente y con destino de guarnición en Valence.

En reconocimiento a sus méritos fue ascendido a general de brigada, se le destinó a la comandancia general de artillería en Italia y viajó en misión especial a Génova. Esos contactos con los Robespierre estuvieron a punto de serle fatales al caer el Terror jacobino, el 9 Termidor, y verse encarcelado en la fortaleza de Antibes. Liberado por mediación de otro corso, el comisario de la Convención Salicetti, Napoleón, con veinticuatro años, volvió a París.

Conoce Josefina Tascher de la Pagerie, de reputación tan brillante como equívoca. Era oriunda de la Martinica.  Mucho más tarde Napoleón, que declaraba no haber sentido un afecto profundo, confesaría haber amado apasionadamente en su juventud a Josefina, quien le llevaba cinco años. La elección de Napoleón fue precipitada por una insurrección de masas en París, al finalizar 1795, a la que se sumaron los monárquicos para desestabilizar. Encargado de reprimirla, Napoleón realizó una operación de cerco y aniquilamiento a cañonazos que dejó la capital anegada en sangre.

La Convención se había salvado. Barras le encomendó en 1796 dirigir la guerra en uno de los frentes republicanos más desasistidos, el de Italia, contra austríacos y piamonteses. Antes de partir, se casó con Josefina en ceremonia civil, pero en su ausencia no pudo evitar que ella volviera a entregarse a Barras y a otros miembros del círculo gubernamental. Celoso, la reclamó a su lado, en el escenario de batalla.

En otro orden y aunque tardío, le extendemos nuestra más sentido pésame a nuestro admirado y respetado amigo, Rafael Alburquerque, por el fallecimiento de su madre.

El Nacional

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