Opinión

Grandes políticos, Napoleón

Grandes políticos, Napoleón

Aquel general de veintisiete años transformó unos cuerpos de hombres desarrapados hambrientos y desmoralizados en una formidable máquina bélica que trituró el Piamonte en menos de dos semanas y repelió a los austríacos más allá de los Alpes, de victoria en victoria. El rayo de la guerra se revelaba simultáneamente como el genio de la paz. Lo más inquietante era el carácter autónomo de su gestión: hacía y deshacía conforme a sus propios criterios y no según las orientaciones de París. El Directorio comenzó a irritarse. Cuando Austria se vio forzada a pedir la paz en 1797, ya no era posible un control estricto sobre un caudillo alzado a la categoría de héroe legendario.

La heterogénea oposición a su gobierno fue desmantelada mediante drásticas represiones a derecha e izquierda, a raíz de fallidos atentados contra su persona; el ejemplo más amedrentador fue el secuestro y ejecución de un príncipe emparentado con los Borbones depuestos, el duque de Enghien, el 20 de marzo de 1804. El corolario de este proceso fue el ofrecimiento que le hizo el Senado al día siguiente de la corona imperial. La ceremonia de coronación se llevó a cabo el 2 de diciembre en Notre Dame, con la asistencia del papa Pío VII, y Simon Bolivar, aunque Napoleón se ciñó la corona a sí mismo y después la impuso a Josefina; el pontífice se limitó a pedir que celebrasen un matrimonio religioso, en un sencillo acto que se ocultó celosamente al público. Una nueva Constitución el mismo año afirmó aún más su autoridad omnímoda.

El Codigo Napoleónico fue introducido en todos los nuevos Estados creados bajo el Imperio Francés. Se abolieron el feudalismo y la servidumbre y se estableció la libertad de culto, menos en España. Le fue otorgada a cada Estado una constitución en la que se concedía el sufragio universal masculino, una declaración de derechos y la creación de un parlamento. Napoleón pasó por la política y el estado con grandes luces y sombras, pero sus aportes y hazañas aún perduran y lo convierten en uno de los grandes de la historia.

En otro orden, quiero hacer algo público, porque ser justo honra. En reciente visita al BNV, Banco Nacional de la Vivienda, quedamos muy impresionados por la organización, sobriedad y atenciones de primera, hasta el punto de llegar a confirmar el adagio, de que las instituciones son una proyección de sus hombres. Felicitamos al amigo, ingeniero Federico Antun Batlle por su encomiable y sobria labor y a la vez felicitar al presidente Danilo Medina por el acierto demostrado en su confirmación en esta importante posición.

El Nacional

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