Opinión

Hacia una política deportiva

Hacia una política deportiva

El autor de estas líneas, está más que consciente de que el doctor Jaime David Fernández Mirabal ha sido un hombre de éxitos. Pero, más que por estos atributos, es  su condición de figura histórica lo que me mueve a dar algunas sugerencias para su gestión al frente del Ministerio de Deportes, ya que sería muy penoso verlo fracasar, no por falta de asesoría, sino por mala asesoría.

No ha habido comunicación fluida entre el ministro y la base dirigencial del deporte. Muchos nos preguntamos cuál es el plan estratégico nacional que tiene en agenda Fernández Mirabal.

Mientras en las sociedades modernas es de rigor la participación de los ciudadanos en las prioridades del deporte, en nuestro país, penosamente, tenemos una ley de deportes engavetada y desconocida. Ojalá y Jaime David Fernández Mirabal, se interese en esa ley.

Pienso que alguien debe decirle al ministro que la nación requiere de una política deportiva de Estado.

Para nadie es un secreto que el pasado ministro de deportes, Felipe Payano, supo manipular a una gran parte de la opinión pública, haciéndole creer a la población que el éxito de un ministro descansa en la obtención de medallas. Nada más apartado de la realidad.  El doctor Fernández Mirabal, como deportista de toda una vida, sabe que los avances en el deporte no se determinan por la cantidad de medallas obtenidas en competencias internacionales.

El Estado, a través del ministro de Deportes, debe definir las metas, pensando no solamente en las famosas medallas, sino, en la salud pública, ambiental y en la recreación de los dominicanos de todas las edades.

Los que quieran asesorar debidamente al ministro de deportes, deben insistir en la necesidad de socializar. De reconocer que el deporte no es un fin, sino, un medio para transmitir virtudes y formar un nuevo hombre, llamado a resaltar los valores.

Si el ministro se anima a implementar una política deportiva de Estado, ineludiblemente, tendrá que preguntarse qué clase de atletas queremos, y a qué clase de monitores aspiramos.

Es un secreto a voces, que en las gestiones de Felipe Payano se administraron más de 14,000 millones y la sociedad dominicana todavía no conoce una auditoría que indique que nuestros impuestos se usaron correctamente.

En esta nueva gestión, todos aspiramos a que sea rescatada la Ley de Depotes y el reconocimiento de los derechos adquiridos de quienes sostienen la pirámide olímpica: los clubes.

A mí me consta de la buena voluntad de Jaime David. Sin embargo, algo está fallando. Quizás nadie se atreva a decirle que existe un gran disgusto en el movimiento deportivo nacional.

Pienso que todavía hay tiempo de cambiar la percepción negativa que se tiene de su corta gestión, pero debe iniciar algunas visitas protocolares a personas que quieren ayudarlo  y que tienen la moral para hacerlo, pues no recibieron dádivas de Payano. El ministro sabe a lo que me refiero. Manos a la obra.

El Nacional

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