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Haina tercera ciudad más contaminada

<P>Haina tercera ciudad más contaminada</P>

El Instituto Blacksmith  ha publicado una nueva edición  de su  ‘ranking’ anual  de  las 35  ciudades  del   mundo  más contaminadas y por lo tanto, menos recomendables para vivir.  Y una ciudad dominicana figura la tercera entre las diez más peligrosas. El ‘ranking’ se basa en la estimación de la presencia en el aire, el suelo y el agua  de los metales pesados, mercurio, arsénico, pesticidas y radionúclidos. Solo Chernobyl, de Ucrania, y Dzerzhinsk de Rusia figuran como más contaminadas que los Bajos de Haina.

Los investigadores tomaron en cuenta también el número de personas potencialmente expuestas al impacto se esos factores de contaminación.

Los Bajos de Haina, tercer lugar en la clasificación, es el centro industrial y portuario más importante de la República Dominicana donde se produce más del 50% de la electricidad de la que dispone el país, y también se encuentra allí su única refinería.

Al mismo tiempo el conjunto de plantas y fábricas emite al aire 9,8 toneladas de formal de hído al año, además de 1,2 toneladas de plomo, 416 toneladas de amonio y 18,5 toneladas de ácido sulfúrico.

Una serie de investigaciones llevadas a cabo en la última década reveló 65 sustancias altamente tóxicas en importantes concentraciones en el ambiente, otras 19 fueron denominadas ‘simplemente’ como “peligrosas”.

El 93% de los pacientes de los centros sanitarios locales que necesitaron asistencia por distintas enfermedades fueron- diagnosticados también con asma, el 83% con bronquitis crónica o aguda.

 No es la primera ocasión en la que los expertos elevan a la posición más alta en su lista a la ciudad de Chernóbyl, cuyas inmediaciones están extremadamente contaminadas con elementos radioactivos desde el siniestro que se produjo en abril de 1986.

La radiación liberada en aquel entonces fue 100 veces mayor que la padecida por Hiroshima y Nagasaki juntas. Más de 5.000 personas sufrieron cáncer de tiroides por culpa de los radionúclidos emanados. Más de 5 millones de residentes tuvieron que alejarse de la zona, pero algunos están regresando poco a poco, pese a la prohibición oficial.

Hace más de una década esa localidad de los Urales entró en el ‘Libro Guinness de los Records Mundiales’ como la más contaminada del planeta en términos de contaminación química.

En plena industrialización de los años 1930 Dzerzhinsk se convirtió en un basurero industrial gigante. Desde entonces, y hasta 1998, las plantas metalúrgicas y químicas llenaban sus piscinas con sustancias tóxicas.

Más de 300.000 toneladas de residuos químicos reducen la expectativa de vida media de los hombres residentes en esta ciudad de la provincia de Nizhni Nóvgorod a 42 años y de las mujeres a 47 años. Dioxinas y fenoles se encuentran en el agua subterránea en concentraciones 19 millones de veces más altas que las permitidas.

En el centro industrial y portuario más importante de la República Dominicana se produce más del 50% de la electricidad de la que dispone el país, también se encuentra allí su única refinería.

Al mismo tiempo el conjunto de plantas y fábricas emite al aire 9,8 toneladas de formal de hído al año, además de 1,2 toneladas de plomo, 416 toneladas de amonio y 18,5 toneladas de ácido sulfúrico.

Una serie de investigaciones llevadas a cabo en la última década reveló 65 sustancias altamente tóxicas en importantes concentraciones en el ambiente, otras 19 fueron denominadas ‘simplemente’ como “peligrosas”.

El 93% de los pacientes de los centros sanitarios locales que necesitaron asistencia por distintas enfermedades fueron diagnosticados también con asma, el 83% con bronquitis crónica o aguda.

La ciudad cuenta con una mina de extracción de zinc y de plomo que casi se agotó. Estaba en funcionamiento desde que el país era una colonia británica hasta no hace mucho tiempo. Pese al cese de los trabajos dentro del medio urbano, la contaminación sigue causando estragos entre la población, conformada por unos 255.000 habitantes.

Los metales pesados causan mucho daño a la gente, se encuentran en el aire y en la arena. También se encuentra altamente contaminado el ganado. Según pronostican los ambientalistas, dicha contaminación persistirá por mucho tiempo.

Si en alguna parte de América Latina puede decirse constantemente la célebre frase de “aquí huele a azufre” es en el centro de minería y metalurgia peruano, San Jerónimo de la Oroya. Además de este elemento no metálico, la zona se especializa en la extracción de zinc, cobre y metales pesados como el plomo.

Las grandes compañías mineras, tanto nacionales como extranjeras, asentadas allí desde el siglo XIX, hicieron poco o nada para paliar los efectos de contaminación del aire.

Como consecuencia, cerca de 35.000 personas están expuestas a una incesante intrusión en sus organismos de esos elementos. El 99% de los niños residentes en el área presentan plomo en su sangre, lo que conlleva múltiples patologías cerebrales y vertebrales y especialmente problemas de crecimiento.

La industria china del carbón, que durante décadas usaba una tecnología primitiva e incumpliendo las normas ambientales más elementales, convirtió los barrios e inmediaciones de la ciudad china de Linfen en una amenaza constante para el sistema respiratorio de 3 millones de habitantes que inhalan diariamente partículas de carbono.

Los casos de enfermedades pulmonares, desde asma hasta cáncer, aparecen con una frecuencia alarmante.

Semanas atrás la revista ‘Time’ colocó a la ciudad, situada a orillas del río Fen, en la primera posición de un ‘ranking’ propio, semejante al de Blacksmith.

Las minas de uranio que se encuentran en las inmediaciones del poblado kirguiso de Mailuu Suu fomentan el bienestar de algunos de sus vecinos, pero generan también muchísimos problemas, especialmente a los sectores más pobres de la población.

A orillas del río con el mismo nombre están amontonados en la superficie los desechos de rocas que contenían uranio. Entre ellos juegan inocentemente los niños, junto al ganado que pasta por la zona. Muchos se alimentan  de pescados del mismo río.

La  contaminación con radionúclidos de todo el ambiente hace que los habitantes queden expuestos a terribles enfermedades oncológicas,  anemia y malformaciones de nacimiento.

Situada entre las nieves casi perennes al norte del Círculo Polar Ártico, fue fundada en 1935 y es hogar de unos 170.000 habitantes. Es un núcleo urbano con varias unidades para fundir metales.

La ciudad  más contaminada

No es la primera ocasión en la que los expertos elevan a la posición más alta en su lista a la ciudad de Chernóbyl, en Ucrania, es la ciudad más contaminada de la Tierra.

Sus  inmediaciones están extremadamente contaminadas con elementos radioactivos desde el siniestro que se produjo en abril de 1986.

La radiación liberada en aquel entonces fue 100 veces mayor que la la padecida por Hiroshima y Nagasaki juntas.

Más de 5.000 personas sufrieron cáncer de tiroides por culpa de los radionúclidos emanados.

Más de 5 millones de residentes tuvieron que alejarse de la zona, pero algunos están regresando poco a poco, pese a la prohibición oficial.

Luego le sigue Dzerzhinsk, e n Rusia. Hace más de una década esa localidad de los Urales entró en el ‘Libro Guinness de los Records Mundiales’ como la más contaminada del planeta en términos de contaminación química.

En plena industrialización de los años 1930 Dzerzhinsk se convirtió en un basurero industrial gigante.

Desde entonces, y hasta 1998, las plantas metalúrgicas y químicas llenaban sus piscinas con sustancias tóxicas.

 

El Nacional

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