Opinión

Haití: marxistas de palabras

Haití: marxistas de palabras

Leí que en estos días algunos reputados “marxistas”, que firmaron una carta contra el gobierno por su apoyo a la “invasión haitiana” y otras lindezas, la pondrá a circular no sé dónde. Entre ellos hay algunos con estudios avanzados y larga docencia en la UASD, que tienden a mezclar su racismo con el análisis político.
Por eso, siguen hablando de la “invasión haitiana’ y de la necesidad de expulsar a los inmigrantes haitianos a Haití, ignorando no solo las bases elementales del Marxismo, como método de análisis político, sino además las enseñanzas de la Historia dominicana, particularmente de nuestro padre de la patria Juan Pablo Duarte.
Duarte entendía que lo único que garantizaba la existencia de dos naciones sin conflicto era que Haití se consolidara como nación y para ello, y por ello, forjó una alianza con lo más preclaro del exilio haitiano en nuestro país, quienes formaron parte de la conformación de La Trinitaria para precisamente declarar como país independiente de la dictadura de Boyer, a nuestra parte de la isla y al propio pueblo haitiano. Gracias a esa alianza tenemos país.
Aporto varios elementos de reflexión para una posición preclara en lo que a Haití y los haitianos conciernen:
1.-En Haití, una secuela de gobiernos corruptos y demagogos, incluyendo el más frustrante de todos, el de Aristide, ha agravado de tal modo la situación que el país sigue sumergido en la más espantosa miseria, con los índices de pobreza más terribles del continente. La ONU se ha negado a seguir apoyando propuestas de “desarrollo” hasta que los proponentes demuestren resultados tangibles ya que casi toda la ayuda humanitaria ha ido a embolsar los bolsillos no solo de la Fundación Clinton (que se dice financió la boda de la hija con ese dinero), sino de una pequeña burguesía haitiana rapaz y encallecida con los sufrimientos de su gente.
2.-Dada la extrema miseria y el estado de estancamiento de la economía, en Haití no hay ni clase campesina ni clase obrera. Solo trabajadores aislados, sin ninguna organización ni fuerza política. Ni hablar de partidos políticos u organizaciones sociales.
3.-La clase obrera haitiana está aquí, y si está aquí es con ella que hay que trabajar para crear en Haití las condiciones que les permitan regresar y reconstruir a su nación. La estrategia es pues acercarse, apoyarles y ayudarles a construir un movimiento con el cual desplazar a la inhumana clase política gobernante de su país, porque la gente no se suicida y nadie va a regresar a un territorio donde no hay manera de sobrevivir.
Esa sería la estrategia Duartiana, no el racismo disfrazado de discurso “nacionalista”, del cual Marx, asqueado, renegaría.

El Nacional

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