Opinión

Haití y crisis de agua

Haití y crisis de agua

Hugo A. Ysalguez

Se atribuye a Julio César la frase: “si quiere la paz, prepárate para la guerra”, expresión que encaja perfectamente con el panorama sombrío que presenta la inmigración ilegal de haitianos, y que se agravará con la crisis de falta de agua en Haití y la ausencia de una política para alimentar a su población.

El ministro de Medioambiente, Francisco Domínguez Brito, lanzó un llamado de alerta, ante la posible ola de violencia que podría desatarse cuando el país vecino carezca de agua potable dentro de una década, cuyos síntomas se evidencian en la actualidad, con el desbordamiento del trasiego de haitianos ilegales, asentados en grupos en una apreciable cantidad de comunidades en nuestro territorio.

Sin tener pretensiones de oráculo, los acontecimientos que se avecinan ,encontrarán a las autoridades desprevenidas, pues no se está haciendo nada para lograr un control migratorio que nos garantiza la soberanía nacional, y por vía de consecuencia, nuestra integridad como pueblo, dado que una rebelión de indocumentados, atentaría contra la seguridad física de los dominicanos.

Según Domínguez Brito, los peligros para la República Dominicana, son inminentes, porque los haitianos no encontrarán agua para beber y entraran en masas al país para colmar su sed y alimentarse, lo que significa la generación de un conflicto donde morirán muchos habitantes de ambos lados.

¿Y qué hace el gobierno para protegernos de una debacle que sepulte el sacrificio de nuestras libertades y la sangre generosa derramada por muchos compatriotas para tener hoy una patria libre y soberana? El presidente Danilo Medina, al parecer, no visualiza los daños catastróficos que se registrarán, por la ausencia una política rigurosa en materia de inmigración.

Hay que reconocer el ambicioso programa de reforestación que desarrolla el gobierno, con una inversión de seis mil millones de pesos para la siembra de 90 millones de árboles, pero de nada valdrá esa beneficiosa iniciativa, cuando los haitianos ilegales depredan nuestros bosques para convertirlos en leña, pretendiendo convertirnos en un desierto parecido al solar donde habitan.

El Nacional

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