Opinión

Haití y soberanía

Haití y soberanía

Haití fue el primer país de América en lograr su independencia en el año 1804, y lo hizo contra Francia, nación que trajo de África centenares de esclavos y los asentó en el territorio vecino, explotando su riqueza de la época, hasta que se produjo una rebelión que eliminó la esclavitud, iniciando el nacimiento de un nuevo Estado que nunca ha logrado cohesionarse como tal, pues ha vivido convulsionado en medios de conflictos internos y agresiones internacionales. Quizás al llegar de otro continente, los haitianos están fuera de su habitad en esta isla del Caribe.

Los Estados Unidos fue el segundo país en obtener su independencia, y ha navegado por muchos senderos, logrando estabilidad política, convirtiéndose en una potencia mundial, interviniendo militarmente en Haití en múltiples ocasiones, muchas de las cuales, utilizando el disfraz de la Organización de las Naciones Unidas, como ocurre ahora con el apoyo de varias naciones, agrupadas en la llamada Misión para la Estabilización de Haití (MINUSTAD), cuyos miembros anunciaron el retiro de los países integrantes, de una ocupación que ya tiene 17 años, sin que ningún grupo social haitiano, nunca haya reclamado o luchado por su soberanía, y se han acostumbrado a que fuerzas foráneas le dicten reglas de convivencia.

Es preciso resaltar que los norteamericanos, siempre tratan de escudar sus intervenciones, con el respaldo de naciones donde ejercen algún control sobre sus gobiernos, como ocurrió aquí con la invasión yanqui, la cual le etiquetaron la careta de Fuerza Interamericana de Paz, acción injerencistas que fue combatida a sangre y fuego, y los ejércitos de los países lacayos, principalmente Brasil y Uruguay recibieron su merecido los días 15 y 16 de Junio de 1965, cuando intentaron tomar la zona constitucionalista en 48 horas, teniendo bajas significativas, y frustrando su atrevido desafuero. Los dominicanos siempre han defendido su soberanía contra algunas naciones que han mancillado nuestro terruño.

Hemos hecho este introito, primero para establecer un paralelismo entre Haití y nosotros, en cuanto a la defensa que cada pueblo realiza de su soberanía, y en segundo lugar para advertir el aumento de los riesgos y los problemas migratorios, tan pronto las fuerzas extranjeras se retiren del vecino país, dado que allí el Estado ha colapsado, y la anarquía, el caos y la carencia de reglas, para regular las relaciones entre personas, seguirán con mayor profusión, lo que nos hace más vulnerables a la penetración de indocumentados, que amenazan seriamente nuestra protección como país soberano.

Será un nuevo desafío de los habitantes criollos, ya que no contamos con la voluntad política del gobierno para enfrentar el problema, ni con la una vigilancia estricta de los militares de servicio en la frontera.

Brasil, Chile y Uruguay, países que lideran a los cascos azules en Haití, se preparan para sacar a sus tropas, cuando cumple 13 años de misión, desgastadas por las consecuencias de los desastres naturales, escándalos sexuales y las secuelas del cólera. Sin embargo, Gonzalo Novales Mayor, presidente de la Comisión Nacional de la Cámara de Diputados, del Uruguay, Haití no está preparado para quedarse solo porque todavía no tiene una democracia consolidada.

He ahí la tremenda situación Haití, cuyas autoridades infuncionales ni aplican ninguna ley, pues nadie la cumple por la falta de un régimen de consecuencias, y para sobrevivir necesitan fuerzas extranjeras que impongan un poco de orden, porque entre ellos que no son capaces de armonizar, y vivir un clima de connivencia pacífica.

El Nacional

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