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Haitianos acaparan empleos en zonas turísticas del este

Haitianos acaparan empleos en zonas turísticas del este

BAVARO, Higüey. La mayoría de los empleos en los polos turísticos del Este está en manos de inmigrantes haitianos, que poco a poco han sustituido a los dominicanos en labores de hotelería, construcción y transporte. La mayor presencia de los extranjeros se nota en las zonas económicamente activas de Higüey, Bávaro, Punta Cana y Verón.

En toda la provincia La Altagracia la presencia haitiana es tan alta, que monopolizan en más de un 90 por ciento la mano de obra del sector de la construcción, controlan casi en su totalidad el comercio informal, el transporte en motocicletas (motoconcho), y las labores de peluquería, conserjería y seguridad privada.

La presencia de haitianos en esa zona es tan notable que existen lugares poblados casi en su totalidad por ellos. En barrios como El Hoyo de Friusa, Villa Esperanza y Haití Chiquito, en Bávaro; y Kosovo en Verón, hasta las calles y las casas se tornan parecidas a las del barrio Cité Soleil de Puerto Príncipe.

Los inmigrantes haitianos están diseminados en Punta Cana, Bávaro, Verón, El Hoyo de Friusa, Cabeza de Toro, El Cortecito, Uvero Alto, Macao, Boca de Yuma, y en Bayahibe, pero en menor cantidad. De acuerdo a datos de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores), las actividades turísticas de Bávaro y Punta Cana general 115 mil 882 empleos, representando el 53,5% de todos los que genera ese sector en el país.

La entidad estima que alrededor de 10 mil haitianos tienen empleos directos en Bávaro y Punta Cana, mientras otros 50 mil se benefician indirectamente. Pese a la masiva presencia de inmigrantes ilegales, no se siente la labor de la Dirección General de Migración, que es la responsable de velar porque los extranjeros cumplan las normas establecidas para residir en territorio dominicano.

A pesar de que los trabajadores del vecino país realizan sus actividades públicamente, no son objetos de restricciones, rechazo, ni persecución de de parte de las autoridades dominicanas.

Un ejemplo de ello es que en el Hoyo de Friusa los motoconchistas haitianos tienen una terminal frente a un cuartel móvil de la Policía, y en el distrito municipal de Verón, en Punta Cana, los obreros haitianos de la construcción se reúnen frente al destacamentos de la Policía a esperar los camiones y autobuses que los transportan hasta las obras donde trabajan.

“La presencia haitiana es mayor que la dominicana en estos barrios”, expuso Eduardo Santos, propietario de un colmadón en Verón.

Quiénes son

Los obreros haitianos que viven en las zonas turísticas de Higüey, son en su mayoría jóvenes con un escaso nivel de instrucción, que proceden de las zonas rurales de Haití, y de gandes núcleos poblacionales como Puerto Príncipe, Cabo Haitiano, Gonaive, Jérémie, Mogoane, Fort-Liberté, Port-de-Paix, Les Cayes o Jacmel.

Generalmente son varones, con edades entre los 18 y los 35 años, muchos de ellos con estudios universitarios en Francia, Canadá y los Estados Unidos, lo que les permite hablar francés, inglés, crole y español.

Estos últimos son además, los que realizan las labores mejor pagadas como empleados de hoteles, bartenders, guías turísticos, bailarines y músicos, mucamas o intérpretes.

Generalmente llegan a sus centros de trabajo en autobuses con aire acondicionado o en sus propias motocicletas y automóviles, mientras los demás se desplazan en camiones y autobuses públicos y en motocicletas turísticas o motoconcho.

Labor que realizan

Más de 85 por ciento de los inmigrantes haitianos realizan labores en el sector de la construcción como albañiles, varilleros, carpinteros, o como simples ayudantes preparando mezclas de cemento y arena, cargando bloques y varillas y haciendo cualquier trabajo pesado que no requiera especialidad.

Otros trabajan como motoconchistas transportando pasajeros en sus motocicletas por paga.

También están los que se dedican a la venta informal de ropas, tejidos calzados, frutas y vegetales, y los llamados buscones que por una módica suma de dinero ayudan a cualquier turista a conseguir un buen hotel por unos dólares menos, le ubican los lugares de prostitución y centros de diversiones.

Otro grupo de inmigrantes haitianos se gana la vida como conserjes o empleados de limpieza, vigilantes privados, porteros y haciendo diligencias personales a cualquier persona que esté dispuesta a pagar.

Entre las mujeres, generalmente jóvenes menores de 28 años, hay muchas entretenedoras o “entertainmente” en centros nocturnos y de diversiones, peinadoras de trencistas, maquilladoras y vendedoras de ropas, cosméticos y perfumes. Un número menor se dedica a vivir de lo que ganan los demás, mediante fraudes, hechicería, cometiendo pequeños robos y vendiendo drogas.

Los hoteleros

Muchas personas cuestionan la actitud de ciertos empresarios que prefieren emplear en sus establecimientos a inmigrantes haitianos. Ningún hotelero consultado quiso responder, pero empleados de esos establecimientos explicaron que los haitianos son escogidos porque aprenden a realizar sus labores con mucho eficiencia, no faltan a sus trabajos y casi nunca piden permiso para ausentarse, además de que hablan más de dos idiomas y no replican cuando le llaman la atención por cualquier motivo.

Otras de las razones para preferir a los inmigrantes haitianos es que exigen menos dinero y siempre son dóciles y dispuestos a trabajar en cualquier horario, contrario a muchos dominicanos.

Se dice además, que son más organizados que los trabajadores dominicanos, son ahorrativos y casi nunca piden adelantos o dinero prestado, y siempre están a trabajar largas jornadas siempre que se lleve a cabo el pago correspondiente.

Puntos negativos

Algunas personas estiman que un elevado porcentaje de inmigrantes haitianos son correctos, observan normas de convivencia y de higiene correctas, pero otros con un menor grado de educación actúan en forma negativa.

Denuncian que los trabajadores haitianos carecen de hábitos de higiene y buenas costumbres, por lo que no temen hacer sus necesidades fisiológicas en en vías públicas, lanzar basura a las calles igual que el agua del fregado o del trapeado, lavan la ropa en las aceras y la tienden a secar en lugares inapropiados.

Hay quienes critican que muchos jóvenes haitianos discuten en voz alta o se divierten tocando música con un volumen tan alto que molestan a los demás.

También se le atribuye exhibir un alto grado de violencia por motivos que pueden ser solucionados en forma amigable y que generalmente culminan en hechos sangrientos con heridas causadas por cuchillos y machetes.

La Policía inauguró recientemente un cuartel policial en Verón, que fue dotado de más agentes y unidades patrulleras debido al incremento de los hechos de violencia entre inmigrantes haitianos.

De todos modos, la masiva inmigración haitiana en la zona turística de Higüey se ha convertido en un grave problema para las autoridades dominicanas que al parecer no saben cómo resolverlo.

En Números

33,109 empleos directos
generan las actividades turísticas en Bávaro y Punta Cana, de los cuales unos 10 mil están en manos de haitianos, según cifras de Asonahores.
82,773  empleos indirectos general el turismo en esa zona de los cuales se estima que 50 mil benefician a los