Opinión

Haitianos y residencia

Haitianos y residencia

El flujo de haitianos ilegales por nuestra frontera es cada día mayor, situación que aumenta el número de habitantes del vecino país que viven en territorio dominicano de manera irregular, socavando paulatinamente nuestra soberanía, y poniendo en peligro nuestra independencia, pues los indocumentados constituyen una especie de quinta columna que en cualquier momento pueden atacar los puestos militares, de manera sorpresiva y asesinar indiscriminadamente a jóvenes y adultos indefensos.
Las agresiones contra los militares de servicio en los puestos fronterizos son frecuentes.

Un capitán del Ejército fue muerto por un grupo de haitianos, escondidos en unos matorrales, que se preparaban para ingresar al país ilegalmente. En el hecho, también resultó herido un sargento de la misma institución, que formaba parte de una patrulla nocturna. Los atacantes cargaron con un fusil del oficial, y luego entraron a suelo criollo como ¨perro por su casa¨. La repetición de estos hechos puede provocar una guerra definitiva entre ambos países.

Lo razonable sería que el gobierno dominicano aplicara, sin paños tibios la deportación de los haitianos ilegales y de otras nacionalidades, a fin de evitar que haya un conflicto armado que degenere en consecuencias fatales para ambas naciones.

Todos los gobiernos tienen un derecho irrenunciable al control migratorio, dado que se registran medidas drásticas adoptadas por países del Caribe, como Trinidad Tobago, Bahamas y otros países que integran el CARICOM, organismo que agrupa alrededor de 20 islas de las zonas, las cuales han implementado una política de deportación de ilegales.

Mientras Haití es una nación habitada por sus nacionales, en la República Dominicana conviven los nacidos aquí y los intrusos haitianos. Nuestro país tiene necesidades perentorias, puesto que son fehacientes las precariedades que padecen la mayoría de la población dominicana. No es posible que se gaste el 20% del presupuesto de Salud pública para atender a las parturientas haitianas, y un porcentaje apreciable de la asignación que recibe el ministerio de Educación destinado a la enseñanza de estudiantes ilegales.

El Estado dominicano no regala residencia ni nacionalidad. La ley no. 285-04 sobre Migración establece las condiciones que debe reunir cualquier extranjero para adquirir la residencia. Ese es un procedimiento que deben agotar los vecinos del país para tener una permanencia legal. Si desean adquirir la nacionalidad deben residir en nuestro territorio durante dos años de manera ininterrumpida.

El Nacional

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