Opinión

Hegemonía y propaganda

Hegemonía y propaganda

Se robustece a cada paso la opinión de que los centros y medios de propaganda al servicio de los ideólogos del sistema capitalista están laborando con inusitada afanosidad, para atenuar el impacto social y político de la crisis económica del capitalismo mundial.

Michel Chossudovsky, reputado economista canadiense, sostiene que la gripe porcina que se expande  ha sido aprovechada para distraer la atención de la gente de la devastadora crisis económica global, que está llevando al paro generalizado y a un incremento galopante de la pobreza.

Se afirma, que el presidente de México, Felipe Calderón, aprovechando las medidas de emergencia contra el virus AH1N1 cerró zonas urbanas enteras, impidiendo un gran repudio que se expresaría durante el prohibido desfile del 1º de mayo contra su administración, considerada una de las más corruptas de todos los tiempos.

Los grandes medios de comunicación y los organismos internacionales multilaterales al servicio de las naciones más desarrollas del planeta, manipulan esa pandemia para tirar un balde de agua fría sobre la vaporosa situación económica mundial, y de carambola salvar a la industria farmacéutica.

Los dueños del mundo han logrado manipular a miles de millones de personas, estimulando el pánico y la inseguridad colectiva, lo que les ha permitido casi silenciar el recrudecimiento de la violencia en Irak, Afganistán, Gaza y todo Medio Oriente, así como los crímenes de guerra de la OTAN-Estados Unidos, entre otros asuntos.

Al igual que con la gripe porcina, y a su entender su “inevitable propagación”, usan hechos irrelevantes para catapultarlos a través de los medios masivos de comunicación y bajar la percepción de la crisis económica global y sus consecuencias. Lo que han hecho del “novelón” protagonizado por el padre Alberto Cutié y el celibato, es un buen ejemplo.

El gobierno dominicano también ha resultado ganancioso, “taponando” -aunque sea coyunturalmente- los escándalos de corrupción y su crisis de credibilidad. El “circo” montado a la sociedad, le permite asimismo cambiar la Constitución de la República a su favor en un “toma y daca”, al margen de cualquier principio ética.

El pensador marxista y fundador del Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci, describió la hegemonía de la clase burguesa como instancia de dominio cultural, que lleva a un consenso tácito, a una aceptación o sometimiento natural de las clases subordinadas, al tiempo que esteriliza a la sociedad civil en su capacidad de respuesta crítica.

La histeria como respuesta a la masiva inmigración haitiana viene como anillo al dedo al plan que sirve para “esterilizar” la capacidad de respuesta crítica de dominicanos y haitianos en ambos países. Todo eso se suma a la omnipresente represión coercitiva sobre los sectores populares, que le garantiza su hegemonía en la sociedad.

¡No se puede desatar un nudo, sin saber cómo está hecho!

El Nacional

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