Opinión

Hipólito, Miguel y Luis

Hipólito, Miguel y Luis

Benjamín de una trilogía en la que descansa el liderazgo del PRD, Luis Abinader no está en desventaja por ser el más joven. Por el contrario, goza con la prerrogativa de un cero rechazo y estar listo, disponible y apto para asumir los predicamentos de una revolución social,  económica y tecnológica acorde con estos tiempos. Aceptar que tiene mucho que aprender debe ser parte de las asignaciones por pasar.

De Hipólito, puede acopiar aspectos humanos y buen desenvolvimiento político, esenciales aún, a riesgo de que sus asesores  le recomienden lo contrario. ¡Ay, cómo les gusta a los consultores modificar las formas, de golpe y porrazo!  De Miguel tal vez tenga que aprender muy poco, a no ser su calma y generosidad. Ambos son profesionales bien calificados, amigos de las estadísticas y la planificación.

Compensa Luis, acaso, la falta de carisma que adorna a Hipólito, con un denodado empeño en ganar presencia y estar al día en sus los temas públicos. Forma parte de una generación que empuja hacia arriba, cuestionando la vigencia de los poderes tradicionales (partidos, empresariado y medios de comunicación). Fue el único dirigente del PRD que estuvo presente en las manifestaciones contra Leonel Fernández a fin de año.

Los tres, Hipólito, Miguel y Luis creen en las encuestas, con sus marcas y presencias establecidas, pero con los mismos temores, que los atan a un orden social a punto de llegar a su fin. Entender este proceso, es tarea que deben emprender en conjunto, si pretenden ir más allá. De otra forma, el vendaval que anuncian los nuevos tiempos se los va a llevar a todos. Así ha ocurrido en Venezuela y otros países del continente.

 

El Nacional

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