Opinión

¿Hipólito o Miguel?

¿Hipólito o Miguel?

El Partido Revolucionario Dominicano (PRD), a pesar de los desaciertos de su dirigencia, su proverbial rebatiña internay de la agresiva embestida por parte del Gobierno de que ha sido víctima, no ha perdido todo su aroma en el escenario político. El pulso por la candidatura presidencial entre el agrónomo Hipólito Mejía y el ingeniero y experto en matemáticas Miguel Vargas Maldonado se ha convertido en tema de interés en importantes sectores.

Un partido que en los últimos dos procesos electorales ha superado en alza el 40 por ciento de las votaciones, sin aliados ni recursos, es verdad que no se puede considerar una entelequia. Pero sus disputas internas suelen cobrar tan elevado voltaje que a veces se tiene la impresión de que se prefiere el triunfo del adversario al del compañero. Y es lo que se dice que ocurrió en las votaciones de mayo de este año, pero también en las de 1986, que Joaquín Balaguer a Jacobo Majluta. Hipólito es la encarnación del político populista, con estilo jovial que gusta a las masas populares; Miguel, en cambio, proyecta una imagen menos política pero más moderna y gerencial. Sus aprestos por la nominación presidencial perredeísta sintetiza un pulso entre lo viejo y lo nuevo.

Sea Hipólito o Miguel las posibilidades del PRD dependerán de la capacidad de sus barones para aceptar los resultados de la convención. Si consiguen llegar unidas al certamen, sencillamente que se despidan, sin importar quién sea el candidato del Gobierno, aunque por ahora todo indica que será Leonel Fernández. No hay que dar muchas vueltas para darse cuenta de las perspectivas.

 La inversión para conquistar el Congreso y los movimientos reeleccionistas alentados desde el Gobierno, con todo y que también puedan tener el propósito de sacar de escena las denuncias de corrupción, son el más claro anticipo de que hay un proyecto en marcha.

El Nacional

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