Opinión

Hipólito y Luis

Hipólito y Luis

Otra vez el ex presidente Hipólito Mejía buscará la nominación en el Partido Revolucionario Moderno para intentar volver al poder. Del mismo modo, otra vez Luis Abinader irá tras la misma posición. Ambos tienen los mismos derechos constitucionales y están protegidos por los estatutos de su organización política.

¿Es bueno o es malo que ambos tengan las mismas aspiraciones? ¡No! En un partido democrático, de amplia participación popular, es saludable que surjan varios candidatos y que al final, en una convención soberana, sean las bases las que decidan quién debe representarlos en la boleta electoral.

Lo malo, lo perjudicial, es que las corrientes o tendencias, se enfrasquen en una lucha caracterizada por el irrespeto, las descalificaciones, porque atentaría contra la unidad y la convivencia interna.

Si la mayoría decide que el candidato debe ser Luis, sus contrarios, encabezados por Hipólito tendrán, como en los comicios pasados, que respaldarlo militantemente. Ahora bien, si es de otro modo, y las bases eligen a Hipólito, habrá que hacer lo mismo: ¡Salir a las calles a buscar los votos de la victoria!

Por suerte Hipólito y Luis tienen una relación de respeto, consideración y admiración desde hace muchos años. Si bien los intereses pueden dividirlos coyunturalmente, su trato afable y cordial, no tiene por qué cambiar. Más allá de sus aspiraciones están los intereses del partido y del país.

La unidad partidaria es fundamental para la victoria. Primero la unidad del PRM, luego la unidad con otras fuerzas para mantener y consolidar el Bloque Opositor que el gobierno intenta socavar y destruir.

Luís no es un hombre obsesionado con la candidatura presidencial; no dice; “ahora o nunca”. Ni prefiere que entre el mar y que todos se ahoguen si no gana una convención. Sabe además, que el tiempo es su gran aliado. La sensatez y la madurez que ha demostrado el joven político, están fuera de dudas. Lo mismo digo de Hipólito que ha sabido perder con decoro y dignidad como todo un demócrata.

Ambos, Hipólito y Luis, tienen que evitar que las pasiones se desborden en el PRM. Las reuniones que realizan casi todas las semanas, en las casas de ambos, tienen que mantenerse. Es un buen ejemplo, una señal de unidad, de amistad y compañerismo.

¡Que se mantenga esa camaradería!

El PLD y el gobierno –Hipólito que no se confíe en Danilo- harán lo que tengan que hacer para dividir al PRM y para quebrantar las relaciones personales de los principales dirigentes. Invertirán lo que tengan que invertir, comprarán a quien haya que comprar. En el PLD, y en el gobierno, no hay escrúpulos. ¡No lo olviden!