Opinión

Hipólito y Miguel

Hipólito y Miguel

Una posible solución negociada a la crisis que sacude al Partido Revolucionario Dominicano, podría ser que Miguel Vargas sea el compañero de boleta del expresidente Hipólito Mejía, consiguiendo la unidad definitiva de los perredeístas. Luis Abinader, señalado como el candidato vicepresidencial en una fórmula, ya superado el malestar y la inconformidad, estaría en condiciones de declinar su nominación para ayudar a salir del impasse.

Las contradicciones generan laceraciones entre amigos entrañables y dirigentes que, por décadas, han estado en la misma trinchera por las reivindicaciones del pueblo. A veces, aunque se produzca un acuerdo político, se originan segregaciones de seguidores de uno y otro bando que hacen lucir que la unidad no se ha logrado.

Ante la ausencia del Tribunal Superior Electoral, hay que reiterar que no existe camino jurídico para poner fin al litigio. El PRD se encuentra en un laberinto.

Un binomio Hipólito-Miguel uniría a los perredeístas disgustados y convertiría al PRD en opción de poder. Se necesita sensatez y desprendimiento para llegar a un entendimiento que sepulte las fisuras. Si la disidencia permanece, el Partido de la Liberación Dominicana ganaría las próximas elecciones por un amplio margen y sólo por culpa de las ambiciones de sectores que responden a intereses al margen de cualquier fundamento ideológico.

Recordamos que el PRD buscó líderes extrapartidos para la canditadura vicepresidencial, a los fines de aumentar la cantidad de votos.  Es el caso de Fernando Álvarez Bogaert, que fue compañero de boleta del doctor José Francisco Peña Gómez.

También ocurrió con el empresario Nicolás Vargas, destacado cibaeño que acompañó al licenciado Jacobo Majluta en las elecciones de 1986. Ahora no habría que buscar ninguna persona fuera del PRD, porque Miguel Vargas tiene una cantera de votos que determinaría la victoria.

El Nacional

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