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Historia y lujos de los  Cadillac

Historia y lujos de los  Cadillac

En toda investigación periodística cuando uno se adentra en la búsqueda de un objeto surgen minas colaterales de nueva investigación que estimulan el trabajo del investigador divulgador.

Así nosotros, buscando en Internet la realización del Chevrolet, nos topamos con el dramático origen del Cadillac, que, como producto GM, también fue representado en el Caribe por don Amadeo Barletta.

En este punto, recuerdo que un lunes en la mañana me dirigí a Ambar Motors para saber de la salud de don Amadeo que, a causa de un “berrinche” la semana anterior, estaba quebrantado de salud. Berrinche es un término usado por los cubanos para indicar, entre otras cosas, una discusión en términos violentos.

Coincidí, al llegar a la entrada de Santo Domingo Motors, con don Amadeo que salía de su elegante Cadillac. Me acerque para preguntarle con sorna: “¿Pero, don Amadeo, no me dijo usted que el Chevrolet “era el mejor carro del mundo? ¿Por qué usted anda en un Cadillac? don Amadeo me respondió: “Sí, pero el Cadillac es el más lujoso…” sin añadir aquel “del mundo…” que reservó para el Chevrolet.

Efectivamente, el Cadillac es el carro más lujoso de los Estados Unidos, Canadá y toda la esfera del dólar. Pero nunca ha podido entrar con ventajas en Europa ni en el Reino Unido que tienen sus propias marcas de lujo, como el Rolls-Royce inglés, que supera a todos, el Mercedes Benz alemán y el Ferrari italiano que no permiten competencia.

Sin embargo, por la Quinta Avenida de New York transitan esas marcas europeas con harta galanura y cierta frecuencia obra del patrocinio del poderoso Mister Dólar.

Los autores bien definen la sociología como “la ciencia que estudia la interacción de los fenómenos sociales.”  Y usted mismo se asombraría al saber que el Cadillac es producto de la interacción de los fenómenos bélicos que se producían en esos años en el hemisferio occidental.

Tales como la Guerra de Independencia Española contra José Bonaparte, a quien los españoles llamaban Pepe Botella, hermano del Emperador Napoleón I, quien intento imponerlo como Rey de España.

Condicionaron también el origen del Cadillac, las guerras de Independencia de Cuba que prestaron su gloriosa imagen para la creación del Cadillac y, con mas amplio rango e intensidad, la Guerra de Secesión de los Estados Unidos que fue el frente donde se incubo el Proyecto Cadillac.

Efectivamente, por temor a la llamada Guerra del Francés en 1810 la familia “Cardellach” procedente de Tarraza, España, emigro ese mismo año a Nueva Orleans, E.U.

Esta industriosa familia llegó a instalar almacenes en la margen del río Mississipi y en 1859 recibian en sus almacenes el algodón que la familia Iznaga del Valle, que eran exilados cubanos y también ricos comerciantes, que habían financiado la primera Guerra de Cuba por el general Narcizo López en 1850 y ahora instigaban la segregación de los Estados Sureños contra el Yankee.

Dado el encono, producto de la Guerra de Secesión entre los Estados del Norte y del Sur, había que rodear de un halito de sombra la riqueza proveniente del comercio del algodón que se producía, a base del trabajo de los esclavos, en el Sur agrícola, y se vendía, con elevado beneficio, en el Norte, industrial de alto y masivo consumo.

Por eso, los Iznaga vendían el algodón a Charles Stillman, en Browning, Texas, así los provedores al consumo del Norte, Rockefeller y Clark, aceptaban el algodón del Sur porque al provenir de Texas pensaban que era algodón mexicano.

Y, por otra parte, como el primer embarcador eran los Iznaga, pensaban que el beneficio del algodón serviría para financiar la Guerra de Independencia de Cuba.

Al terminar la guerra con la derrota del Sur, los Stillman se trasladan a Nueva York y James Stillman, hijo de Charles y suegro de dos hijos de Rockefeller, accede a la Presidencia del Citybank, propiedad de los Rockefeller.

Por otra parte, su representante en Browning, Emilio Forto, cuñado de la heredera Cardellach, se encarga de invertir los cuantiosos beneficios acumulados por la familia Cardellach.

Es hora de descubrir a nuestros lectores el origen fonético de la marca Cadillac. Creo que ninguno ha acertado a intuir que Cadillac es el término inglés que más se asemeja fonéticamente al apellido Cardellach.

La heredera Cardellach, apenada por la duración de la guerra civil, quiere comprarse un “pedazo de cielo”, aspiración frecuente en aquellos tiempos. Henry Leland, (mecánico de barcos), recibe la inversión y construye la factoría que finalmente, ahogada por pérdidas, debe ser vendida a Henry Ford.

Este conserva a Leland como empleado hasta que Ford, ahogado más tarde también por pérdidas, acude en solicitud de ayuda a James Stillman, presidente entonces del Citybank.

Se le recomienda la segregación de las líneas de montaje de Packard y Cadillac y la creación de la GM al margen de la Ford.

William Murphy, uno de los accionistas originales de la Cadillac Automovile Company, invento versiones sobre la creación del Cadillac, en un vano esfuerzo por ocultar su verdadero origen sin confundirlo con el recuerdo doloroso de la Guerra de Secesión.

Pero esta es la historia genuina del origen del automóvil Cadillac, el carro más lujoso de los Estados Unidos de América.

El Nacional

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