Opinión

¡Hola soledad!…

¡Hola soledad!…

Así se inicia una canción que no recuerdo el intérprete ni el autor.
¿Gilberto Santa Rosa? ¿Alberto Cortez? ¿Cheo…? Ya recordé: Rolando La Serie.
Hay dos tipos de soledad: la emocional, que es la ausencia de una relación intensa con otra persona que produzca satisfacción y seguridad, y la social, que supone la no pertenencia a un grupo que comparta intereses y preocupaciones.
Una gran población de envejecientes, adolescentes, migrantes, viudas(os), solteros(as) están viviendo solos en este momento…. pero, muchos seres humanos lo están por decisión propia.
Recuerdo castigos infantiles: “no me salga de la habitación”…
Pero… En las cárceles cuando las autoridades ordenan, “métalo en solitaria por tiempo indefinido” constituye soledad forzada…
A pesar de que somos seres sociales y el sentido de pertenencia a un grupo es la regla, hay muchos seres humanos que “no desean vivir con nadie”.
Aunque la soledad suele vincularse a estados de tristeza, desamor y negatividad, permite reflexionar sobre la propia vida, favorece la autocrítica y sirve, sobre todo, para madurar.
El psiquiatra, a veces, le recomienda a personas con tendencia a la codependencia: “Quédate sola un tiempo y vamos a reforzar esa autoestima”.
Para otros “la soledad es una conquista altamente perseguida”. Esto último se da en mujeres hartas de un largo matrimonio destructor del “yo”.
Las rupturas sentimentales devastadoras necesitan un periodo de soledad para “crecer en medio del trauma o crisis”…
Pascal afirmó que “La infelicidad del hombre se basa en que es incapaz de sentarse solo en su habitación”.
A veces nos refugiamos en la tele, la música, la computadora, el iPad y otros aditivos como compañeros; otras, en animales mascotas. En ocasiones el solitario protagoniza llamadas telefónicas larguísimas.
Después de un largo periodo de aislamiento se requiere de coraje, decisión y voluntad para “buscar nuevos amigos y reconquistar a los descuidados”…
¿Qué hacer?
De la revista Psicología Práctica que se publica en Madrid, en su no. 81 extraigo algunas recomendaciones:
1.- ¿Cuáles traumas arrastras de la niñez? ¿Cuáles son tus necesidades? ¿Qué ilusiones y necesidades tienes? ¿Cuáles tus ambiciones, deseos y tus miedos? (ponte en manos de un terapeuta que te ayude a ser más asertivo).
2.- Vence el miedo al rechazo. Conocer nuevos amores y amistades requiere de valor… arriésgate.
3.- Deja el rol de víctima. Tu puedes satisfacer expectativa de otros, si no lo sabes, es porque no te expones. Te defiendes aislándote en una burbuja.
4. Evita re-aislarte. Quiere decir, que ante un tropezón en la fase de vencer la soledad ,la tendencia es volver para la cueva.
5.- Recuerda que los otros no son como lo imagina. Comienza a aceptar a la gente con sus defectos.
Detén la lectura, ponte cómodo (a) y realiza este ejercicio:
Coloca una sábana sobre el suelo, tiéndete sobre ella boca arriba. Cierra tus ojos y floja todo tu cuerpo . Respira suavemente. Deja la mente totalmente en blanco. Aprieta todos los músculos de la cabeza a los pies y ve aflojándolos gradualmente. Imagina por un momento que sonríes, que estás rodeado de tus seres queridos y en medio de ese ejercicio BORRA TOTALMENTE EL PASADO, NO PIENSES EN EL FUTURO Y DISFRUTA EL AQUÍ Y AHORA… BUEN VIAJE.

El Nacional

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