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Hombre instala taller y  construye   casa en un árbol 

<P>Hombre instala taller y  construye   casa en un árbol  </P>

Quien transita por la avenida Pedro Livio Cedeño en dirección este-oeste, en Villas Agrícolas,  en la capital, de seguro centrará su atención en una llamativa casa de madera construida sobre las ramas de un frondoso árbol de caucho, y le sería fácil pensar en este espacio como un lugar dedicado para la diversión de niños. Sin embargo, la casa del árbol está lejos de servir como recreación para niños, ya que esta fue la última alternativa que encontró Richard Rodríguez y Rodríguez, de 42 años,  para levantar su hogar y  establecer un lugar para trabajar como gomero.

Conocido como “el gomero”,  Richard decidió utilizar toda su creatividad para construir la casa de madera y zinc sobre el robusto árbol, luego de que el dueño de la pensión en donde vivía, en la calle Manuel Ubaldo Gómez, en Villas Agrícolas, lo echara por sus involuntarios retrasos en los pagos.

Con madera, zinc, hoja de lata y otros materiales recolectados al hurgar en la basura, Richard levantó, con sus propias manos, la morada que le ha servido de refugio por más de cinco años a él y a su perro Benny,  su único compañero.

“No tenía en donde vivir, no tenía trabajo, y desesperado al no poder pagar la pensión, decidí construir este ranchito, en donde vivo y trabajo como gomero, tapando gomas de motores y de carros, con lo que me mantengo y ahorro para poder levantar una casita más digna en un pequeño solar que adquirí en Villa Mella cuando trabajaba distribuyendo pan en los colmados”, dice con gran entusiasmo.

La casa está levantada sobre las fuertes ramas del árbol, a unos cinco o seis metros del pavimento, de frágil madera, pintada de marrón, y en la parte frontal se exhibe un cuadro de 40×42 pulgadas del Sagrado Corazón de Jesús, lo que habla de su fe católica.

Sus pertenecías la componen una pequeña cama, un radio y algunos utensilios de cocina.  También las herramientas que ha podido adquirir para reparar los neumáticos, tesoros que son resguardados por Benny, su perro fiel.

“Lo único que deseo es terminar mi casita en Villa Mella (Santo Domingo Oeste), que ya la tengo con su primera línea de block.  Tengo dos fundas de cemento pagadas en una ferretería, y cuando hago 400 o 500 pesos, abono 100 o 200 en la ferretería para seguir comprando materiales, al pasito, como Dios quiera”, señala. 

Richard reconoce que incumplía en los pagos y justifica su expulsión de la pensión en donde dormía.  Asimismo, agradece que el propietario aún le permite usar el baño,  donde puede asearse y realizar sus necesidades.

Afirma que es un amante del trabajo honrado y cuenta que desde pequeño ha “caminado derecho”. Como limpiabotas en su natal Moca, realizando labores temporeras como obrero, vendiendo pan y ahora como gomero.

Richard tiene un hijo de 20 años, Manuel, a quien define correcto y apegado a la Iglesia. “Es un buen muchacho y es independiente”, expresa.

Dice que en la rústica casa ha soportado lluvia, tormentas, calor, frío y muchas veces, hambre.  Sin embargo, no se queja de su suerte, ya que se define como un hombre de fe y apegado al trabajo, lo que asegura le permitirá, tarde o temprano, terminar de construir su anhelado hogar en Villa Mella.

 

El Nacional

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