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Hostos: Una mirada hacia el pasado

Hostos: Una mirada hacia el pasado

Eugenio María de Hostos es considerado padre de la educación moderna dominicana, fundó en el país la Escuela Normal Preparatoria, en el año 1880, dando origen a las Escuelas Normales, también fundó en Santo Domingo, la Escuela Nocturna para la clase obrera, en 1888.

El filósofo de origen puertorriqueño, no sólo influyó en el área de la educación, también se le atribuye la creación de diversos periódicos tales como: Las Tres Antillas, Los Antillanos, y su colaboración en Las Dos Antillas.

El educador, filósofo, sociólogo y escritor nace en Mayagüez, Puerto Rico, el 11 de enero de 1839, hijo de Eugenio de Hostos y Rodríguez, y doña Hilaria de Bonilla y Cintrón.

El hombre austero y de ideales liberales consagró su vida a un doble ideal: la independencia de su patria y la educación de los pueblos.

Realizó sus primeros años de estudios en San Juan, capital de su país natal Puerto Rico, luego, en 1852 viaja a España para completar su formación académica donde se gradúa en leyes.

Después de completar su licenciatura en leyes se traslada a la Universidad Central de Madrid donde estudia derecho, filosofía y letras.

Posteriormente viaja a París, desde donde pasó a la ciudad de Nueva York, desde aquí luchó por la independencia de Cuba, en este período funda el periódico “La revolución” cuya finalidad era lograr la liberación de esa isla.

A partir de 1871 inicia a recorrer algunos países de América del Sur, entre ellos: Colombia, Perú, Chile, Argentina y Brasil, enarbolando su ideario antillano en defensa de la libertad de los pueblos.

En Argentina, motivó la construcción del ferrocarril trasandino, primera locomotora que atravesó Los Andes, la cual fue llamada Hostos en honor a él. En este país publicó artículos en el Diario “La Nación”.
En 1874, regresa a Nueva York y dirige junto al escritor cubano Enrique Piñeyro el periódico quincenal La América Ilustrada.

Hostos, acompañado de su familia, llega a República Dominicana en 1875, país que para aquella época gozaba de libertad, y desde Puerto Plata y Santo Domingo dirigió las Tres Antillas. El ideal de Hostos era lograr la Confederación Antillana.

Volvió nuevamente a Nueva York, luego se dirigió a Caracas; allí contrajo matrimonio con Belinda de Ayala Quintana junto a la que procreó 5 hijos.

En 1889, se dirigió a Chile donde ejerció tareas docentes, fue director del Liceo de Chillán y del Amunástegui, de Santiago (capital de Chile). En este país realizó varias publicaciones y estudios pedagógicos, literarios y políticos.

Al estallar nuevamente la guerra en Cuba, en 1898, regresa a Puerto Rico para luchar por su libertad, esto hizo que en 1900 se radicara una vez más en Santo Domingo, donde fue designado director general de Enseñanza Normal.

A causa de una fiebre infecciosa, a la edad de 64 años, muere el 11 de agosto de 1903 rodeado de su familia en Santo domingo, República Dominicana.

Su cuerpo está enterrado en el Panteón de los Héroes Nacionales, en Santo Domingo convirtiéndose en el único puertorriqueño que descansa en dicho espacio. Su última voluntad era morir en Santo Domingo y una vez su país se encontrara en libertad sus restos fueran llevados a aquella nación.

Obras

Entre sus obras destacan: La peregrinación de Bayoán (1863); Las doctrinas y los hombres (1866); El día de América (1868); Ayacucho (1870); El cholo (1870); La educación científica de la mujer (1873); Lecciones de derecho constitucional. Santo Domingo: Cuna de América (1887); Moral Social (1888, Imprenta Garcia Hermanos, Santo Domingo) y Geografía evolutiva (1895).

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