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Hoy es la gran cita electoral

Hoy  es la gran cita electoral

Hoy es la gran cita electoral donde los dominicanos vamos a elegir a las autoridades presidencial, congresional y municipal que conducirán el destino nacional en el próximo cuatrenio (2016-2020), y en que los reiterados sondeos, más la percepción generalizada apuntan que el presidente Danilo Medina se impondrá fácil a su único contendor de relativa consideración, Luis Abinader, con un 56% por 38%, conforme a mi personal apreciación.

Presenciamos un panorama electoral claro, en que el presidente Danilo Medina obtendrá una cómoda reelección, y con ella, reelegiremos en el litoral negativo los apagones que no cesan, inclusive en los llamados circuitos 24 horas, conforme refiere Diario Libre del día siete de este mes.

Reelegiremos la precariedad de la seguridad pública, los mortificantes tapones del tránsito, en la capital dominicana; la haitianización, que peligra la integridad soberana y que importa un bledo a los presidentes de la República del PLD; reelegiremos la deforestación que pone en peligro los principales afluentes, como Valle Nuevo, y que el presidente Medina tolera y no castiga.

Reelegiremos la polución que afecta a millones, sin un solo relleno sanitario en la era de la informática con la parafernalia de celulares, internet, drones y comunicación satelital, donde un porciento pasmoso de dominicanos defecan en letrinas y carecen de agua potable y electricidad en miserables hogares, en barriadas carenciadas, arracimadas a la vera de las ciudades, en las orillas de los afluentes, en Elías Piña y en El Seybo, los dos pueblos más paupérrimos del país.

Reelegiremos la corrupción y la dependencia del Poder Judicial del Poder Ejecutivo y un endeudamiento peligroso e irresponsable por US$37 mil millones, que el presidente Medina no detiene su velocidad frenética que compromete la libertad económica del país y de varias generaciones, y el bochorno del contrato de Punta Catalina que explotará algún día.

Pero también reelegiremos una economía estable sobre un 5% del Producto Interno Bruto; inflación de 2.1%; crecimiento de un 6.3% del turismo; crédito para agricultores pobres mediante las Visitas Sorpresas que ha generado un impacto imposible de no reconocer en la agropecuaria; crecimiento de la educación al asignar el 4% del Presupuesto; crecimiento de un 29.5% en la inversión extranjera, en los primeros tres meses del 2016; colocación de 436 mil 912 empleos desde octubre 2012, conforme estadísticas del Banco Central, el mayor logro en dos décadas (Diario Libre tres de mayo último).

En su último experticio sobre la economía dominicana, Standard & Poor´s calificó en BB/B la economía dominicana, con un crecimiento económico en 2014 de 7.3%; en 2015 un 7% y 5% para 2016. (Listín Diario 05 de mayo último), y los gobiernos no se cambian cuando la economía es estable y no hay represión, como fueron los casos primero del presidente Hipólito Mejía y el segundo del presidente Joaquín Balaguer, no por corrupción.

Reelegiremos en otra vertiente el permisivismo censurable del presidente Medina permitir a todo el mundo que proceda medalaganariamente, sin respetar las leyes, ni siquiera la de Tránsito Terrestre, donde todos hacen lo que quieren sin tener en cuenta las preferencias ajenas en las vías, y los gobiernos del PLD en 16 años no han diseñado un cambio en el modelo de transporte público que permita eliminar 40 mil chatarras que caotizan aún más el pandemoniun del tránsito; sin crear un sistema de transporte público eficiente, porque permite que los tigueres del concho y dueños de guaguas lo chantejeen, impidiendo unidades de cargas pesadas a quien quiera incorporar alguna, porque la queman.

El pronóstico más claro del resultado de unas elecciones se visualiza y percibe a priori en las de hoy, porque no obstante las lacras expuestas de los gobiernos del PLD, el candidato a vencer del PRM, no convence por carecer de discurso atractivo que apoye su proyecto, por carecer de carisma, de cachet, del diccionario expresivo popular de Hipólito Mejía o el poder de convencer de Jacobo Majluta, y en ese contexto las elecciones se vislumbran de un solo lado.

Además, el PRM carece de la logística del PLD de llevar a las mesas electorales sus supervisores, y el argumento baladí y sin soporte legal de impugnar el conteo electrónico es una necedad, porque todos los partidos lo aprobaron al conjuro de la ley 275-97 modificada por la ley 02-03, que faculta el sufragio y conteo de las dos maneras, además de que Perogrullo dice “que lo que es igual para todos no puede ser ventaja para nadie”.

Los sondeos publicados por el periódico Hoy de Alfonso, Cabrera & Asociados del 14 de abril de 2016, dicen que Danilo obtendría el 50.1%, Luis 42.9%; mientras que la firma Berenson Strategy de ese mismo día daba a Danilo 66.7%, Luis 26%; Pulso Dominicano publicada el 6 de abril de este año, sitúan a Danilo con 54.6%, Luis 28.4% y la Zogby Analytics, también del 6 de abril dice Danilo 49.1%, Luis 44.3%, suspicaz porque ni Danilo puede bajar tanto ni Luis subir tanto, y del conjunto de encuestas resulta jalda arriba suponer que todas estén compradas o equivocadas.

Habrá una abstención sobre el 40%, demostración de la frustración ante una reelección a la vista que será más de lo mismo, y un candidato opositor que no satisface para nada una expectativa de cambio, y la conciencia nacional vuelve a depositar su esperanza en el advenimiento de un gendarme, como ocurrió en l930 con el surgiente brigadier que liquidó la disidencia y la montonera, eclipsó los derechos humanos, pero organizó y disciplinó al país, donde todos respetaban las leyes y se respetaban entre sí.

El Nacional

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