Opinión

Huellas que perduran

Huellas que perduran

Las violaciones sexuales, sobre todo a menores de edad, han dejado huellas imborrables en decenas de miles de hogares de la República Dominicana, debido a que muchas de las víctimas son asesinadas por sus agresores y otras quedan con lesiones permanentes.

Solamente en el municipio de San Cristóbal, en apenas tres meses, se reportaron las violaciones sexuales de que fueron presas fáciles unos 100 niños, niñas y adolescentes. La dirección del hospital Juan Pablo Pina, en la misma localidad, reveló la existencia de alrededor de 1 mil 700 menores –desde 10 hasta 17 años- que se encuentran embarazadas, muchas de ellas posiblemente víctimas de estupro.

Las causas que motivan que una persona cometa un estupro son complejas,  dicen los expertos.

Algo que influye es la difusión masiva de materiales pornográficos a través de algunos medios de comunicación y redes sociales.

Los especialistas refuerzan esa tesis argumentando que investigaciones que se han realizado arrojan que a la mayoría de los violadores se les encuentran materiales pornográficos cuando les registran sus viviendas. “El hecho de que una persona observe permanentemente materiales de tipo pornográficos provoca un incremento acelerado de sus impulsos sexuales,” afirman los expertos.

Como sabemos, un niño o niña que haya sido violado sexualmente presenta riesgo de conductas inadecuadas, por lo que se recomienda tomar todas las medidas de lugar y dejar caer todo el peso de la ley sobre personas que se dan a la tarea de cometer ese tipo de crimen tan horrendo y bochornoso contra seres humanos indefensos.

Nosotros somos partidarios de la castración o la aplicación de una inyección letal en sus órganos reproductivos a los violadores sexuales.

Ya está bueno de los niños, niñas y adolescentes vejados salvajemente a causas de los estupros. ¡Ni uno y una más!

El Nacional

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