Opinión

Humorada

Humorada

No me hagan reír

Hoy  publicó en su edición del pasado 21 de noviembre el siguiente titular: “Denuncia haitianos talan árboles en zona frontera”.

El título citado no puede hacerme reír… sino llorar.

Nuestra frontera hace tiempo que está siendo devastada por nuestros vecinos, impulsados por el hambre que los acogota. Porque no  lo hacen por afán de hacernos daño.

La Sierra de Neyba y el Parque Nacional Jaragua son los lugares donde más se advierte en la frontera  “la mano de obra haitiana”.

Haití, el país más pobre de América,  no tiene bosques, por lo que se ve obligado a buscar madera donde quiera. Para los haitianos el problema es de una inmensa gravedad. El asunto es que al compartir los dos países una misma isla, los problemas del vecino son en parte nuestros problemas.

No obstante, y a pesar de que la devastación fronteriza es un hecho, tal como hemos señalado, nunca hemos visto a ningún gobierno preocuparse del asunto. Y queremos que  este problema lo resuelvan de común acuerdo ambos países. Porque, de lo contrario, por ahí tenemos  varios señores que, de tener el poder necesario, pondrían punto final al asunto. Y estamos en el siglo 21.

Hay mucha gente que  no  sabe de historia ni le preocupa el asunto. Se ha  olvidado de lo pasado en el 1937, cuando Trujillo sacó (y asesinó) a miles y miles de haitianos que vivían aquí ilegalmente. Ese genocidio espantó literalmente a los sobrevivientes, viviéndose tiempos después muchos años de paz. ¡Y como no!

Pero ahora es otra cosa. Sin embargo, intuyo que mucha gente de aquel lado no sabe lo que pasó en el 1937. De ahí que muchos haitianos vengan a este lado en busca de mejor vida. Esa migración es de baja clase. Los haitianos intelectuales se van a Estados Unidos o Europa.

Pero tal cosa solo pueden hacerla aquellos que tienen un status económico que les permita enfrentar esos gastos. Y Haití, como ya dijimos, es el país más pobre del continente. Y para el 98 por ciento de sus habitantes el destino más barato…es la República Dominicana.

Ahora, el  problema tiene otra dimensión. Al no disponer de árboles para hacer leña y carbón…los están buscando aquí. Y la depredación es patente en la sierra de Neyba y en el parque Jaragua. Dentro de poco, de no ponerle coto a este gravísimo asunto, tendremos una isla en guerra: por un lado, los   que llegan en busca de la madera que urgentemente necesitan, y por el otro, los que no podemos permitir que eso suceda.

El Nacional

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