Opinión

Humorada

Humorada

No dudo que esta capital sea una de las ciudades más contaminadas del mundo.

A cada momento veo un “cacharro motorizado” por nuestras calles recogiendo pasajeros pero, al mismo tiempo, “vomitando” por su tubo de escape enormes cantidades de gases contaminantes, un humo pestilente que al ser inhalado por las personas causa graves problemas. Porque no se trata del problema de un día, sino de todos los días del año.

Esos gases producen, entre otras enfermedades, tuberculosis, asma y otras, además de hacerle un daño inimaginable al cuerpo humano, comenzando por los pulmones.

Y yo me pregunto: ¿Es que no existe nada que cuando menos minimice el daño de esos gases contaminantes?

Hace 40 años, el poseer un carro era signo de riqueza. Eran pocos los que se veían en las calles y eso, que eran baratos, bueno si los comparamos con los precios de hoy.

Recuerdo que mi primer carro, un “fotingo” Ford del año 1957, me costó 750 pesos, en moneda contante y sonante y me dio un servicio de primera.

En el 1960 fui ascendido a presidente, director, administrador de la Editora La Nación, y sin perder un instante fui a una casa importadora de automóviles y salí manejando mi nuevo carro, un Vauxhal-Viva que le zumbaba el mango.

Eran días diferentes. Recuerdo que  la casa donde compré  mi nueva  nave quedaba en la 30 de Marzo y yo salí de “reversa” y sin  problemas. Había pocos autos en ese tiempo.

Mi primer viaje fuera de esta ciudad fue a La Vega, y estuve acompañado por Luis Ovidio Sigarán, Juan José Ayuso, Pedro Gil Iturbides y Virgilio Alcántara. Cuando mis amigos veganos me vieron conduciendo mi flamante “coche del año”, pensaron que me había sacado, en secreto, el “gordo”. Me paseé por el Pozo Verde, el Parquecito, Villa Carolina, la Cigua, etc., etc. Después, invité a mis amigos a almorzar  en  el Royal Palace, previo paso por el “Intermezo Bar”, por aquello del “aperitivo”.

Regresamos a la capital, no sin antes subir al Santo Cerro a comprar varios “collares” de rosquetes y los cristianos rendir honor a la Virgen de las Mercedes.

¿Y saben cuánto me costó el viaje, con todo incluido? Pues… ¡RD$46,00 pesos, gasolina, almuerzo y propinas incluidos!

Personalmente, respeto aquello de que “todo tiempo pasado fue mejor”. Ahora, en lo que me toca  a mí,  me ha ido muy bien, gracias a Dios y creo que este tiempo es de “liga mayor”. Y siempre gracias a Dios.   

El Nacional

La Voz de Todos