Opinión

Humorada

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¿Identificar corruptos?

Primero que todo, ¡feliz año nuevo!

Y ahora, a lo que vinimos.

Un político pidió a otro político “identificar a los corruptos”.

Eso, entre políticos, es algo a lo que le zumba el mango.

En primer lugar, ningún político es capaz de identificar a otro político como corrupto.

Tengo una lista de políticos que, antes de “engancharse” a tan meritoria “profesión”, conocían todos los parques de la ciudad, así como todos los lugares de “dudosa diversión”, donde cada uno iba por su lado hablando de sus líderes como si de santos se tratara.

¡Qué tiempos aquellos! En esos lugares nos juntábamos mansos con cimarrones: los que buscaban un “picoteo” a como diera lugar, a fin de agenciarse “el pan de cada día”, además de una mirada benigna de su “líder” y los que estudiábamos a otros que trataban de encontrar de encontrar que los “elevara” al lugar que estuviera más cerca del Tesoro Público que, dicho sea de paso, nunca fue más público que ahora.

Pero eso de “identificar corruptos” como pidió un político tiene cara de hereje.

Porque, díganme usted, ¿quién es el guapo capaz de señalar con el dedo y decir el nombre de un solo “corrupto”?

Conozco, no uno, sino decenas de corruptos. Y son fáciles de identificar. Hay una manera infalible. Oí, el tipo andaba en bicicleta y de buenas a primeras se pasea por el malecón en un flamante automóvil último modelo, de seis u ocho cilindros ese, o se sacó el “gordo” o “metió la mano” donde no debía.

Al poco tiempo el nuevo rico era aceptado en los clubes “de primera”, en los bailes los mozos lo trataban con singular deferencia, debido a que sus propinas no eran tales, sino mejores que los sueldos de cualquier obrero. Por cierto, que para evitar problemas a la hora del doble, los sueldos no son tales, sino salarios comunes y corrientes.

Más volviendo al caso de “identificar corruptos”, el autor de la denuncia ratificó la misma, y agregó que en su partidos la había, pero en ese momento crucial “pisó el freno” y dijo que aunque sí había corrupción en su partido, pero que ni le tocaba a él ir más lejos. O sea, nos quedamos esperando oír los nombres de personajes que antaño transitaban en jumentos, que no pisaron jamás los dinteles de la UASD, pero que hoy pasan por encima de la citada UASD a bordo de sus avionetas privadas, como si se apellidaran Ford o Rockefeller.

El día que aquí suba un hombre con los pantalones de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón y muchos más, las lanchas rápidas serán lentas para la gente que quiera poner “agua de por medio” y olvidarse de que, en algún punto “ignorado del Caribe”, existe un país cuyos jueces los están esperando para leerles algunos capítulos del Código Penal.

Mientras el agua va y viene, seguiremos esperando que “EU” diga quienes son los corruptos que todo el mundo conoce, pero que nadie quiere señalar.

El Nacional

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