¿Qué Pasa?

Humoristas que toman la paternidad muy en serio

Humoristas  que toman la paternidad muy en serio

Aunque no dejan de hacer reír a sus familias en momentos determinados, lo cierto es que el humor se queda a un lado en la vida de muchos humoristas, cuando llega el momento de asumir como padres. “Es un acto emocionante y complejo”, “En la casa nos quitamos el uniforme de humoristas y somos padres preocupados” y “Al igual que en las artes, en casa reina la disciplina”, son las palabras con las que Phillip Rodríguez, Víctor Reyes y Miguel Alcántara, respectivamente, definen la labor de criar a sus hijos.

Phillip, quien tiene dos hijos: Phillip y Sebastián, confiesa que contrario a los padres que son ausentes de los procesos de sus hijos, él tiene participación en su formación y define este proceso en su caso, como lleno de diálogos sinceros que siempre comprometen cada fibra de la sensibilidad humana.

“¿Divertido?, quizás no tanto como parece, pero nos cambia, nos condiciona y nos hace ver la realidad aleccionadora del amor real e incondicional”, dijo.

Víctor Reyes siente una gran satisfacción de ser padre de Olga Vianka, Víctor Luis, Johan Manuel y Julieth Victoria.

“En estos tiempos de descomposición social ser padre es una gran responsabilidad. El hecho de ser humoristas no nos hace padres diferentes. Tenemos que hablar duro en ocasiones, hacer reír la familia en otras, pero en la casa nos quitamos el uniforme de comediantes y nos convertimos en padres preocupados por el desarrollo de nuestros hijos”, cuenta Reyes.

Mientras que para el humorista y guionista Miguel Alcántara, sus hijas Avril y Emma son “la comedia más perfecta”.

“Cada día junto a ellas tiene un poco de drama, de chistes, de improvisación, de aplausos. Son las que me dan la opinión sincera y el termómetro de la rutina. Cantan mis parodias, ensayan mis finales, se ponen los vestuarios de los personajes. En fin, sentirme que aprenden algo de mis creaciones me llena de orgullo”, expresó.
¿En qué momento, quedan a un lado
las risas? .

“Jajajaja (la pregunta me da risa) cuando llegan los pagos la luz, el teléfono, el colegio, la comida. tener dos varones en la misma casa, no es fácil, sobre todo con edades diferentes y por ende, intereses diferentes.

Las responsabilidades están distribuidas de manera muy equilibradas y cada quien tiene que cumplirlas… hay que hablar en serio…y como no me van a hacer caso…para eso está su mamá jajajaja”, dice Philip.

“Es que no es verdad que la casa de un comediante es una casa de risa y de chistes. Tenemos un sentido del humor que nos hace padres especiales, pero no es como la gente se lo imagina que uno es el comediante las 24 horas. Enfrentamos problemas normales de los padres. Lidiar con hijos adolescentes no es fácil para ningún padre”, destaca Víctor.

“Al igual que en las artes, en casa reina la disciplina. Hay cosas que deben cumplirse en horas programadas y cuando fallan en el deber sin una justificación objetiva, hay una lista de penalizaciones que van desde la reducción de los incentivos hasta un ¨vaya a su cuarto y medite el error”, explica Miguel.

Para Phillip no hay nada más terrible que verlos enfermitos… el más grande sufrió de asma durante los primeros años y fue un tiempo muy difícil. Dice que algo que le cambia el humor de inmediato, son las malas notas.

Víctor cuenta feliz que tiene pocas quejas de sus hijos, pues estos son excelentes estudiantes a quienes ha tratado de criarlos como lo hicieron con él.

Miguel, al igual que Phillip, dice que lo más preocupante para él son las recaídas de salud pues le causa pánico cuando una de las niñas deja de reír, de correr, de comer y por varios días. Emma, por ejemplo, siendo una bebé de 8 meses metió la mano derecha en la taza de mi café, provocándole quemaduras terribles en los dedos. “No solamente me quitó la risa, sino las ganas de tomar café por muchos días”, dijo.

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El Nacional

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