Opinión

Ideología de género

Ideología de género

He pasado treinta años de mi vida capacitando aquí y en la región sobre Género, y lo que sigo comprobando es la confusión que existe sobre el término. Robert A. Brisnan, en un artículo que se reprodujo en este periódico, página once, del día 24, habla de una “Ideología de Genero”, cuando el “Genero” jamás podría serlo porque es apenas un método de análisis sobre cómo se conforman las identidades femenina y masculina y cuáles son los llamados “agentes de socialización” que intervienen en la construcción de nuestra identidad, a saber: la familia, escuela, iglesia, comunidad, medios de comunicación y cultura, entre otros.
Por definición entonces hablar de “ideología de género” es una contradicción, y afirmar que esta “ideología de género” se está imponiendo en las sociedades es un gran absurdo, cuando lo único que se persigue con ese método de análisis es enseñar a la gente a pensar y pensarse.

El “Genero” enseña a la gente a descubrir de donde proceden sus convicciones, valores y actitudes, exactamente lo contrario de “despojar de la racionalidad”, o de la construcción de la intolerancia, cuando lo que promueve es la compresión de que ciertamente hombres y mujeres somos diferentes, pero la diferencia no es excusa para la desigualdad.

Llamar “monstruosidad”, “escape de lo racional”, o “absurdidad” al “Genero”, solo demuestra la ignorancia del articulista sobre el tema.

Si de algo reniega el “Genero” es de dar prioridad “al sentimiento”, porque lo que promueve es el análisis de los sentimientos, y mucho menos pretende “suplantar la desigualdad biológica” con la “igualdad jurídica”, porque sencillamente, vuelvo y repito, es un metodo que demuestra que ser biológicamente diferentes no nos hace desiguales.

El “Genero” desarma los argumentos del sexismo, racismo y clasismo, todos basados en construcciones sociales que se sustentan en diferencias de sexo, pigmentacion u origen.

Llamar a eso “vieja tolerancia”, cuando es precisamente todo lo contrario, ofende la razón; y atribuirle al Género “llevar la humanidad a un vaciamiento espiritual” conducente a una “sociedad autoritaria”, exactamente la que se nos ha construido, un soberano disparate.

¿Qué valores enseñaremos a nuestros hijos? Que nacer varón nos da derecho a menospreciar a las hembras (sexismo); que ellas tienen iguales derechos como seres humanos creados por Dios en la sociedad. Que un cambio en la pigmentación de la piel no justifica discriminación y esclavitud (racismo); al igual que no ser “de familia”, como si todos no naciéramos con una familia (clasismo).

Esos son valores fundamentales del Nuevo Testamento y mi única recomendación a Brisnan es que antes de afirmar investigue, por aquello de quien no investiga no tiene derecho a la palabra.

El Nacional

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