SANTIAGO. Para la Iglesia Católica, muchos dominicanos viven en estado asfixiante y no soportan la situación de pobreza, injusticia y marginación en la que han sido arrojados, mientras la indiferencia de los poderosos les ahoga el llanto.

A través del editorial del semanario Camino, que circulará el Domingo de Resurrección, titulado Sáquenme de aquí, el vocero de la Conferencia del Episcopado Dominicano dice que ese es el grito de los hombres y mujeres que tienen el agua al cuello.

A su juicio, ese mismo reclamo hace la gente desesperada porque no cuenta con los servicios básicos para vivir dignamente. Es el mismo grito de los que experimentan cómo se les apaga la vida junto con sus casas.

Lo mismo sucede con los que ven pasar los días tras las rejas mientras la desesperanza los empuja a una fosa desconocida, estima el semanario Camino, y se preguntarse si hay escombros más pesados que esos. Agrega que el grito de sáquenme de aquí lo pronuncia el país al ver cómo una banda de mastines se reparte las tajadas acorde con el largo de sus colmillos, mientras los que están llamados a hacer cumplir la ley, y garantizar el orden, se hacen cómplices.