Opinión

Impronta tenebrosa

Impronta tenebrosa

Al margen de las circunstancias, la muerte del viceministro de Energía y Minas, Victoriano Santos Hilario, no ha sido un simple suceso. Su condición de presidente del comité del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en Cotuí, donde se cometió el hecho, lo reviste de una particular y sonora trascedencia Esos y otros detalles que lo rodean alimentaron las conjeturas que se prestó el caso desde un primer momento. Para más, no se trató de un crimen con el sello característico de la delincuencia común, sino con una impronta propia de los ajustes de cuentas.

La sospecha del Colegio Dominicano de Abogados de que Santos Hilario pudo haber sido ejecutado por sicarios internacionales amplifica las interrogantes sobre el suceso. ¿Por qué tenían que contratarse matones extranjeros para quitar la vida al dirigente político? Que el asesinato se cometiera en su propia casa, a altas horas de la noche y en presencia de su familia genera todavía más inquietudes.

Las versiones indican que los matones eran cinco y que viajaban en una yipeta Honda CRV. Después de asegurarse que el funcionario estaba en su residencia, una mansión revestida de amplia seguridad, esperaron a que llegara un hijo que estaba en una universidad para poder entrar. Lo hicieron solo tres, con el rostro encapuchado, y de inmediato se dirigieron a la habitación de Santos Hilario, tocaron la puerta y cuando este abrió lo encañonaron, lo trasladaron a un pasillo y lo mataron de un tiro en la nuca. Al hijo que obligaron a dejarlos entrar lo hirieron de un disparo en el cuello, que terminó causándole la muerte. Parte del relato lo hace la viuda del también precandidato a síndico por el PLD, quien se desempeña como fiscal adjunta del departamento de Niños, Niñas y Adolescentes.

Salvo los cargos ocupados en el sector público de la vida de Santos Hilario, si bien es definido por sus compañeros de partido como un político muy popular, es poco lo que se conoce. Pero hay algunos detalles que llaman la atención. Según el presidente de la CARD cuando el funcionario se desempeñó como fiscal combatió la criminalidad y el narcotráfico, por lo que en varias ocasiones se le amenazó. Y de acuerdo con el jurista Cándido Simón Polanco en una ocasión Hilario Santos visitó en la cárcel a alguien que lo intimidaba. Esas versiones pudieran ser una pista que conduzca a la aclaración del suceso. Pero es obvio que las autoridades tendrán que emplearse a fondo para no dejar ningún cabo suelto ni la menor pizca de duda sobre un asesinato con unas características que generan mucha confusión.

El propósito era matarlo sin esperar más. Una vez cumplida la misión los autores se marcharon, sin tocar ningún objeto de la vivienda. Por las posiciones que había desempeñado y como máximo dirigente del partido en el poder la muerte de Santos Hilario es uno de esos casos que, por muchas razones, plantean mensajes tenebrosos.

 

El Nacional

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