Opinión

Incesto en el país

Incesto en el país

A finales de la semana pasada, leíamos en la prensa que una jueza en La Vega envió a la cárcel pública, con medida de coerción de tres meses, al jornalero Carlos Díaz, acusado de violar y embarazar a su hijastra de 13 años de edad. La menor, con 5 meses de embarazo, era violada por su padrastro desde hacía más de un año y fue su madre la que, al enterarse, hizo la denuncia acusando al violador.

En el mes de enero, en San Cristóbal, dio a luz una niña de 11 años de edad, por lo que estuvo dos semanas en cuidados intensivos, entre la vida y la muerte. Su embarazo, era fruto de las violaciones reiteradas de un cuñado que la mantenía amenazada para que no hablara.

Mientras se recuperaba la niña madre de San Cristóbal, en la Plaza de la Salud, otra niña de 12 años que reside junto a su madre, su padrastro y seis hermanitos en una finca agrícola en la costa Sur de Baní, fue llevada por su abuela al Hospital de Baní, con un embarazo de 14 semanas producto de una violación en el entorno familiar, para lo que se investigaba también al padrastro de la niña.

El día 4 de abril, un reconocido noticiero de televisión, reportaba la situación de una joven que fuera embarazada a los 13 años por su padrastro y violada durante 4 años, hasta procrear un hijo. Su abogado refería que esta niña fue echada de la casa por su propia madre que, además, la obligó a retirar la denuncia contra el padrastro.

Cuando se habla de violencia hacia los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres, hemos oído mencionar que se exagera poniendo al incesto como una causal de embarazo, porque no existe una frecuencia que lo amerite ni que deba de preocupar.

Sin embargo, calculando empíricamente, mal contando y sin fuentes pertinentes, solo por la referencia de la prensa, el índice se acerca a una docena por año, es decir, uno por mes. En lo que va del año, tenemos la referencia pública de tres casos, los tres a menores de 13, 12 y 11 años, que deben ser suficientes para provocar  interés en salud y en derecho, y reconocer que aquí, hay un problema grave de incesto.

Las cifras a las cuales tenemos acceso por la prensa, nos indican que son menores de edad las víctimas reveladas. Entonces, el Estado dominicano, comprometido internacionalmente con la protección a esta población etaria, ¿se quedará con los brazos cruzados?

El Nacional

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