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Indigente vive  basurero cerca del Palacio Nacional

Indigente vive  basurero cerca del Palacio Nacional

A sólo una cuadra del Palacio Nacional  un indigente de 62 años ha elegido como morada el depósito de basura del residencial Cesar Nicolás Penson, en la calle Moisés García, en Gazcue, en donde realiza sus necesidades y vive rodeado  de todo tipo de desperdicios, moscas y otras plagas, con lo que pone en riesgo su salud y la de los residentes.

Eddie Peña duerme y “vive” desde hace más de tres meses, a la intemperie entre los tanques de desperdicios de los diferentes apartamentos del referido residencial, expuesto a enfermedades, y contamina aún más el área con otros desperdicios llevados  por él, a los que identifica como su única pertenencia.

Latas, cajas, cartones y todo tipo de basura  y alimañas rodean a Peña, al rededor de su cama preparada con periódicos viejos y cartones, donde pasa sus infelices días, ante la indiferencia de las autoridades de Salud.

Residentes en el condominio, en la Moisés García, entre las calles Galván y Rosa Duarte, lamentan la indiferencia de las autoridades ante la situación calamitosa del indigente, y  hacen un llamado para que se le busque albergue seguro propio para  una persona de su edad.

Peña dijo que es oriundo de San Juan de la Maguana,  que tiene familiares en el sector María Auxiliadora, en Santo Domingo.

Al preguntarle si tiene hijos, sólo dijo:  “Tengo familia en María Auxiliadora y estoy pensando seriamente visitarla este año”, mientras cubre su cuerpo del frió matutino con una deshilachada sábana.

Sus harapos apenas cubren su cuerpo visiblemente afectado por las condiciones en que vive, y su calzado es un par de chancletas que él mismo ha cosido muchas veces.

Se quejó del robo de un radio que pudo comprar con la venta de botellas y cartones, el que utilizaba para escuchar noticias y otros programas.

A pesar de que el camión de la basura recoge con frecuencia los desperdicios del depósito, el indigente mantiene el área sucia, ya que realiza sus necesidades y acumula botellas y cartones, por lo que los vecinos  temen por la salud de todos.

Al preguntarle en dónde residía antes de tomar el depósito de basura al que llama “su casa”, respondió que vivía en el parqueo del edificio que aloja las oficinas de Impuestos Internos, en Gazcue, pero de ahí “fui echado como si fuera un animal”, agrega con  tristeza.

El Nacional

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