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A propósito de ser noviembre designado mes de la familia por el cristianismo dominicano, nos llama a preocupación el deterioro y desintegración de nuestros hogares por la pérdida de valores y principios de buenas costumbres.

Por otra parte hoy día sólo se habla de la crisis económica mundial, el surgimiento de movimientos de indignados en más de 80 países por la voracidad de los grupos financieros, la gran brecha entre ricos y pobres con sus efectos, dentro de ellos, el incremento de las amenazas y riesgos a la estabilidad social de los Estados. Cabe señalar para  República Dominicana: la corrupción, el deterioro de la educación, la inseguridad, entre otros.

Las soluciones a todo esto dejando de lado la raíz del asunto, la familia como la base de toda sociedad nos debe alarmar aun más.

La historia de la humanidad ha dejado claro esta realidad en el desarrollo de los pueblos y naciones en todos los tiempos, tal es el caso del pueblo judío, Israel, que nos sirve de ilustración, cuando el pueblo de Israel comenzó su organización y peregrinación liderada por Moisés, una de las naciones que ha sido más amenazada en toda la historia de la humanidad de acuerdo a la historia bíblica y otras fuentes, pudo salvaguardarse gracias a sus valores familiares, quedando claro la fortaleza, la perseverancia y el éxito de su cohesión social, la cual se ha debido a los  valores y principios para protección a la familia, pues todas sus leyes, normas y costumbres estaban basadas  primero  en la fe en Dios, y segundo en la familia. Lo que ha hecho que la sociedad de Israel conforme una de las naciones más poderosas del mundo.

Reflexionando sobre esta situación, pues es aquí en el seno de la familia que se define el rumbo de la sociedad, por lo que debe llenarnos de desvelo el deterioro y los conflictos que están afectando la familia dominicana. Esta realidad pone en riesgo la estabilidad social y al Estado en su conjunto.

Las familias unidas producen sociedades fuertes y por ende sus instituciones son fuertes, resultando un Estado aun más fuerte.

La terapeuta Martha Rodríguez señala que de acuerdo a estudios en la República Dominicana existen 45 a 50% de separaciones conyugales y pronostica que seguirá creciendo. Para mayor alarma en el país más influyente en nuestra cultura, Estados Unidos, tiene el mismo derrotero, según el Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Rutgers, de New Jersey.

Pongámonos el sombrero  citado por Barack Obama en su discurso de toma de posesión: “Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito -el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- son algo viejo.”

Trabajar unidos en cohesión absoluta para prevenir, controlar y revertir el crecimiento de la desintegración, las causas, consecuencias, riesgos y amenazas que afectan a las familias. En sinergia todas las organizaciones sociales públicas y privadas y de manera individual cada persona en particular para recuperar los valores, la fe y la esperanza en Dios para hacer posible la cohesión necesaria y así lograr familias fuertes, una sociedad fuerte, instituciones fuertes y un Estado fuerte.

El Nacional

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