El Estado dominicano necesita un cambio radical. Basta ya, de tanta tolerancia a la violación de derechos y libertades, a la impunidad, a la corrupción, a la debilidad institucional, a la anomia, a la irresponsabilidad de los políticos y funcionarios, a la violencia, al abuso de poder, al daño ambiental, al desorden, al crimen organizado, al lavado, al narcotráfico, y a tantos otros males que nos ahogan. Basta ya.
Entendemos que aquellas personas que buscan proteger sus intereses particulares (quienes están comprometidos con el capitalismo, la inversión privada y son parte de los grupos de poder), defiendan la política avasallante y equivocada por parte del Gobierno con sus asociados, casi siempre en perjuicio de las mayorías (los trabajadores y la clase media).
Pero no entendemos que la gran mayoría del pueblo dominicano siendo víctima de las maquinaciones y trampas abusivas en contra de ellos mismos y de los mejores intereses de la mayoría, que estamos pisoteados, se mantengan cruzados de brazos, y lo peor de todo que sean serviles y lisonjeros de los que se sienten monarcas y proceden como tal.
Para aquellos que reciben beneficios y participación es comprensible, no así, para aquellos que somos víctimas de los grupos de poder y el Gobierno. Vivimos una doble moral, donde no se practica la ética ni los principios de buena costumbre.
Basta ya. La solución es un cambio radical, con cohesión social y sinergia todos los movimientos o grupos que creen, tienen fe y esperanza en un cambio radical y voluntad para enfrentar a los políticos corruptos e irresponsables y demás de todos los males ( ) que nos ahogan.
Basta ya, de tanta dejadez, conformismo, impotencia, indecisión, debilidad, irresponsabilidad, desconfianza, deslealtad, cobardía, cherchas, oportunismo y otras tantas dificultades que nos alejan de nuestro deber de participar de formar parte del cambio radical, de trabajar para un mejor país, por el desarrollo integral de cada persona y demás beneficios colectivos o de bien común que anhelamos.
La verdadera democracia es la que garantiza el respeto y la defensa del estado de derecho con las necesidades básicas satisfechas y aplicando del imperio de la ley. Es urgente demandar voluntad política para respetar, defender y hacer cumplir la ley.
No necesitamos etiquetarnos en la izquierda ni la derecha ni al centro de una o de otra ideología política, lo que realmente necesitamos es participar en los asuntos públicos, en la cohesión social para lograr el cambio radical que demanda la sociedad dominicana y unirse a la construcción de un mejor país, insertado en un desarrollo integrar para todos.
Despertemos a los que duermen en la ignorancia por falta de consciencia, que sufren la hipnosis de la propaganda somnífera. Concienticemos a los amigos, allegados, relacionados, alfabetizando y estimulando a estudiar a los que no lo hacen, además para que participen en política adecuadamente. Rescatemos la esperanza, la fe, la ilusión de nuestro pueblo.
Creo firmemente en la gente correcta y honesta de nuestro país, sin lugar a dudas son los más. Nuestra sociedad necesita creer rescatar el amor por su tierra, por su patria, asimismo requiere de civismo, de conciencia y de educación para cohesionarse y decidir revertir los males sociales que nos ahogan.
