Opinión

Infoseguridad

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La seguridad es un asunto de todos. Es mi aspiración y fue siempre mi doctrina la conquista de “la prevención comunitaria del delito” y de los conflictos sociales. Revertir el modelo tradicional por un modelo de gestión preventivo.  Hoy urge más que nunca y se hace imperativo su aplicación.

La mejor metodología para lograr ser preventivos lo es: la filosofía comunitaria que exige que los miembros policiales asignados a un sector sean jóvenes ejemplares escogidos de las familias más probas, preferiblemente haber nacido, crecido en el barrio y ser estables en su comunidad, pues eso los hace sentir parte ésta. A la vez le dará un sentimiento de pertenencia de los policías a la comunidad, garantizando la alianza y confianza. 

La familiaridad con el ambiente facilita el darse cuenta de cualquier irregularidad o anomalía en su área de responsabilidad y de esta manera prevenir lo más mínimo que pueda suceder. Además es la garantía de la continuidad de un plan elaborado de manera consensuada en una comunidad y de que los resultados desprendidos sean las soluciones efectivas.

Este método es esperanzador, ya que el personal policial que es estable en los puestos es más fácil de fiscalizar, tiene la experiencia, es conocedor del vecindario y de las diferentes situaciones de conflictos que puedan surgir, pudiendo de esta manera trabajar más comprometido con su sector, siendo  proactivo y preventivo.

Para que la prevención comunitaria del delito tenga éxito el estudio o el análisis de las situaciones que provocan conflictos o que llevan a actos de violencia y de criminalidad, deben hacerse de forma permanente, con la participación de los comunitarios.

Así como aquellos que delinquen viven buscando la forma de asechar y ver cómo romper con las normativas y el orden social, amenazando el fracaso de las mismas, siempre con nuevas alternativas y nuevos tipos de delitos, los cuales son cambiantes y evolutivos. Por esa misma razón debemos ser preventivos  y evitar que sucedan los hechos, haciendo análisis y evaluaciones constantes. Eso nos dará un mayor grado de efectividad y eficiencia.

Herman Goldstein reconoció que la resolución de problemas preventiva y pacífica constituye la esencia del trabajo policíaco y que la aplicación de la Ley es sólo una parte de la actividad policíaca. Pero aún así, los departamentos tradicionales con frecuencia evalúan la eficiencia de su personal contando el número de arrestos realizados, sin contar en sí lo que es más importante: cuántos problemas previenen o lograron resolver.

Todo policía, como funcionario encargado de hacer cumplir la ley, protector, garante de los derechos y libertades de las personas, así como de sus bienes. El policía de comunitario debe  abordar en forma proactiva los problemas sociales que puedan derivar en conflictos penalmente relevantes, la inseguridad, la criminalidad en todas sus manifestaciones y los desórdenes que demandan gestión de crisis (protestas, rehenes, sujetos barricados, violencia intrafamiliar VIF, intentos de suicidios, dementes, etc.). 

Su principio base es bastante sencillo: identificar las causas de tales problemas y encararlos antes de que se transformen en una realidad peligrosa. Sólo enfocando las causas reales de dichos problemas se puede pretender una solución duradera.

El Nacional

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