Opinión

Infoseguridad

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“Tan sólo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.” Inmanuel Kant.

A propósito del inicio de un nuevo mandato presidencial de Danilo Medina, 2012-2016, lo cual valoro y le auguramos éxitos. Reconociendo la crisis por la inseguridad es de rigor sugerir elaborar un protocolo que norme la forma de actuación de los agentes en las calles para que la institución sea vista como un organismo de protección y apoyo y no de abuso y represión contra los ciudadanos. La profesión policial se caracteriza como todo tema social porque el proceso de formación debe ser continuo y permanente, nunca termina. Esto así porque su función enfocada al ambiente social evoluciona con tanta rapidez que nos obliga a implantar un sistema de formación progresivo, aun más en estos momentos que la ciencia y la tecnología hacen necesario que nos sometamos a esta rigurosidad.

Tradicionalmente los agentes han recibido capacitación en áreas de un alto nivel de responsabilidad en uso de fuerza, armas de fuego, operación represiva y de carácter militar.

Debemos revertir esta práctica, y aunar esfuerzos para enfatizar en lo que concierne a la resolución pacífica y creativa de problemas, la forma de hablar en público y las relaciones humanas.

Reconocemos que muchos oficiales se han capacitado de manera independiente en el nuevo rol que debe jugar la Policía Nacional frente a las reformas judiciales y al incremento de los diferentes tipos de crímenes y delitos, además de que la institución del orden ha realizado un sinnúmero de seminarios y conferencias.

Sin embargo, éstos no son suficientes ni garantizan la nueva visión, ni la doctrina acorde con dichos procesos.

Necesitamos que los centros educativos con los que cuenta la Policía Nacional sincronicen con estos cambios del sistema de justicia y los nuevos tipos de crímenes en creciente en lo que corresponde a la actuación de la Policía Nacional como auxiliar de la misma y principal actor en la seguridad ciudadana.

Por otra parte, nuestros centros educativos necesitan nuevos paradigmas de institucionalización con una visión única, integrada y basada en principios y valores que poco a poco vayan promoviendo el crecimiento institucional y el rol preventivo. -La falta de procesos educativos orientados a estrategias que garanticen la capacitación en la comunitarización policial basado en la prevención. Cabe señalar que la institución policial cuenta con un cuerpo docente idóneo en las diferentes áreas del saber acorde a la reforma judicial, a los cambios sociales, a la modernidad y a la globalización. Sin embargo, estos educadores no se utilizan, y con ello, seguimos manteniendo en vigencia “el vicio o la incapacidad de creernos que lo criollo y auténtico es inferior a lo extranjero” como afirma José Bobadilla; (el mal llamado complejo de Guacanagarix).

La capacitación y formación especializada debe incluir los propósitos definidos acorde a las áreas que desempeñan en relación con las necesidades de cada función y una evaluación por resultado.

El Nacional

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