Opinión

Infoseguridad

Infoseguridad

 “Para que el mal triunfe basta con que los hombres de bien se queden cruzados de brazos.” Edmund Burke

Nos preguntamos si realmente las buenas personas siempre han sido los menos? Pues desde el inicio de la humanidad los malos han vencido a los buenos e imponen sus reglas. Pero solo hasta que los buenos deciden unirse para impedirlo, es tiempo de que los buenos dominicanos digamos “basta ya”, terminemos de una vez por todas de que el mismo grupito siga dañando y robándole a la mayoría de nuestro pueblo y no pase nada. Independientemente de la subjetividad que encierra analizar que es lo bueno y que es lo malo, dañar a otros siempre ha sido malo, y espero que no cambiemos esos estándares.

Las personas que trabajan para el mal tienen la capacidad de consensuar y limar diferencias con mucha facilidad; hacen planes magistrales, se protegen, se rigen por códigos inviolables y  se defienden hasta la muerte, además tienen la habilidad de hacer creer que trabajan para el bien y respetan la ley; cuentan por lo general con el beneplácito de la iglesia, los medios de comunicación, los empresarios, los políticos de poder que casi siempre se benefician de ellos y se ven favorecidos por el apoyo de muchos ignorantes, y serviles que para el colmo les envidian.

Sin embargo, aquellas personas que trabajamos para el bien nunca nos ponemos de acuerdo; no sabemos consensuar, no tenemos la capacidad para unificar criterios a favor del bien común y los derechos de la mayoría, además somos pésimos planificando para vencer a aquellos que hacen el mal y trabajan en el crimen organizado, con escasas excepciones, solo tenemos éxito en las películas.

La cohesión social sustentada en valores éticos y patrióticos es nuestra esperanza para retomar el sueño trinitario y restaurador, el cual aún sigue inconcluso. Nuestra guerra de independencia así como la restauradora y la revolución del 1965 no lograron establecer un Estado Social Democrático de Derecho; y aunque hoy sea parte del texto constitucional, artículo 7, de igual manera los derechos y deberes de los ciudadanos consagrados desde el artículo 37 al 75 de nuestra misma carta magna, además de otros  artículos garantes de la democracia, son tomados como letra muerta, no son respetados ni validados por nuestras autoridades ni reclamados por nuestro pueblo. Lo que mantiene la incertidumbre y la indignación de que siga de lado nuestro sueño de una verdadera democracia donde el pueblo sea el soberano.

La meritocracia está ausente en nuestra administración pública. No hay preocupación por dar un servicio de calidad a la población, tanto el servicio público como el privado están ausente de calidad. El orgullo y la satisfacción del deber cumplido, que se desprende de la vocación  de servicio no son promovidos; por eso cada vez más nuestras instituciones y sus actores se alejan del cumplimiento de su deber y sus responsabilidades, además creen los puestos de su propiedad como una compañía por acciones para lucrarse, contrario a la esencia de todo servidor público. Reflexionemos(…). ¡Basta ya!

Dios te bendiga siempre.

Juan Tomás Taveras Rodríguez

Mayor General (r) P.N.

Cel.: 809 697-4135

El Nacional

La Voz de Todos