En la continuación de este balance de evaluación correspondiente a este primer año de gobierno, otra preocupación lo constituye la desconfianza ciudadana y el bajo nivel de apreciación que tiene la población sobre la Policía Nacional.
La seguridad ciudadana más que un programa o plan es un conjunto de políticas, estrategias y de numerosos sistemas o subsistemas evaluados, tomando en cuenta la realidad de los hechos o victimización y la percepción de la misma.
Es penoso escuchar como nos mienten los ministros de Interior y de las Fuerzas Armadas quienes afirman que la delincuencia y la criminalidad se han reducido en un 50 por ciento con el nuevo Plan, cuando según el observatorio de Seguridad Ciudadana que es un órgano coordinado por el mismo Ministerio de Interior y Policía en el período enero-junio del 2013 se registraron 2,453 muertes violentas, 54 más que en el mismo período del 2012 ocurrieron 2,399 víctimas.
El Programa de las Naciones Unidas (PNUD), asegura que entre los 47 países catalogados para esta investigación, República Dominicana está entre las seis naciones con la percepción más baja en seguridad ciudadana. Y el número 6 con la mayor cantidad de homicidios con 25 por cada 100 mil habitante.
La seguridad vial y su directivo en Amet están perdidos en el espacio, agravando la marcada vergüenza de ser el país con el tránsito más desordenado o violento del mundo y entre los diez con mayores víctimas fatales. En las calles dominicanas cabe decir sálvese quien pueda.
La gestión en Amet no se está haciendo integral a la excelente labor iniciada por la reciente Jefatura del Mayor General Manuel Castro Castillo P.N.
A todo lo anterior se añade el deterioro de la justicia, que se agrava con la renuncia de los más preparados y honestos de la mayoría de los defensores públicos y numerosos jueces. Así mismo esta situación dificulta el trabajo de la Policía frente al crimen y la inseguridad como parte del sistema y actor de fuerza de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Debemos resaltar que la única luz al final del túnel llega con la designación de los nuevos directivos de la Jefatura de la Policía Nacional y la Dirección de Drogas.
Esperamos que el gobierno no tarde en respaldar y designar los recursos requeridos para mejor y reformar la Policía Nacional con demás organismos de seguridad que deben apoyar o ayudar, no usurpar ni amenazar, sus funciones que por ley y naturaleza le corresponden.
Saludamos la decisión del Jefe policial de la creación del Departamento de Defensoría del Policía y es primera vez en 78 años de la fundación de la institución del orden que los policías cuentan con una instancia de protección institucional de sus derechos.
Aun la misma no es suficiente, pues República Dominicana apremia de un sindicato de policías, me encantaría coordinar ese plan, pero todo proyecto necesita recursos y los policías no creen en la defensa de sus derechos, pues se han acostumbrado a vivir sin derechos y abusados. Es tiempo de hacer un alto, un basta ya.
Dios te bendiga siempre.
