Opinión

Infoseguridad

Infoseguridad

En estos momentos de fiestas navideñas y en que pasamos balance del año, es importante conocer la realidad que nos rodea y en pos de esclarecer nuestras concias quiero compartir y motivar a que experimentemos la corriente positiva que en la actualidad se hace evidente para despertar las esperanzas.

 Hacia mediados del siglo XIX el Romanticismo,  un movimiento opuesto a todo lo que se predicaba en su época, con grandes musas inspiradoras, solidificación de los valores, su vaivén entre lo que se posee y lo que se anhela, etc.,  comienza a debilitarse, se va perdiendo y abriéndole paso a la corriente positiva. 

El Positivismo es una corriente que procura “ajustarse a los hechos” y tiene como modelo de racionalidad a la ciencia experimental, interpretación de la realidad (el hombre, la historia, la sociedad) basada en la ciencia; el saber científico el que configura el espíritu humano y el que impulsa el progreso histórico y social.

El filósofo francés Augusto Comte fue quien fundó este pensamiento, para muchos un pionero de la sociología, junto a su camarada, el Conde Saint-Simon. Comte también tuvo discípulos y precursores, quienes se dedicaron a desarrollar el estudio del positivismo. Entre sus precursores tenemos a David Hume. 

Desde una óptica científica, el positivismo es considerado de dos  maneras: como método y como sistema. Se trata de un método cuando apunta a la investigación científica y filosófica; mientras que se trata de un sistema cuando se refiere a un conjunto de afirmaciones sobre el objeto tratado. 

Otros autores definen el positivismo como un sistema de filosofía, fundado en la experiencia y el conocimiento empírico de los fenómenos naturales, en el que la metafísica y la teología se piensan como procedimientos de comprensión anómalos e inadecuados.

Comte adoptó la palabra positivismo sobre la base de que marcaba las circunstancias y tendencias constructivas que él demandó para el aspecto teórico de la disciplina. Se interesó por la reparación de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico, y por esta vía, del control de las fuerzas naturales.

La idea central de su pensamiento es la “regeneración universal” a través del conocimiento. El positivismo buscó también en la ciencia el remedio a las perturbaciones sociales del siglo XIX.

En resumen, el positivismo es un modelo de racionalidad, que mantiene los análisis en el terreno de los hechos, la relación de los datos y las leyes científicas, defiende el utilitarismo y el modelo democrático y rechaza los juicios de valor cuando no están sustentados en leyes científicas o certezas. 

Positivismo es referirse a una forma de vida basada solamente en lo real, en los hechos, en lo ‘meramente comprobable’. A través de esto podemos llegar a leyes, para entender al mundo y para dar soluciones concretas a los problemas de la sociedad. Es como si a todo se le buscara un sentido práctico para lograr así un fin: el progreso de la humanidad, entendiendo progreso como orden, unidad y bien común. También considera el saber, la razón y la ciencia como únicas guías de la humanidad capaces de instaurar el orden social.

El Nacional

La Voz de Todos