Fin de año: reflexionar sobre grandes amenazas
Cuando defendemos nuestros derechos y libertades trabajamos por un futuro mejor. No permitas que los oportunistas saquen provecho de tu silencio. Los finales e inicios de años son oportunidades de relanzar nuestras vidas y nuevos proyectos… Despertemos!
Peter Weir, director de cine australiano, dirigió un filme importante en los finales de los ochenta, con el tema “El año que vivimos en peligro”, refiriéndose a las crisis mundiales de esa década que antecede a la llamada década perdida de los noventa, en años de lo que John Kenneth Galbraith titulara, como “la época de la incertidumbre”.
En estos momentos, a más de treinta años de aquellas crisis y contiendas globales, surgen en el mundo, que ya deja de ser unipolar, nuevas amenazas consideradas globales, que afectan la seguridad y la defensa, la gobernabilidad y la convivencia pacífica de las naciones.
Una de las primeras, en esta era de veladas hostilidades y mezquina diplomacia, lo constituye el crimen organizado a nivel local e internacional con todas las ramificaciones que tiene: narcotráfico y consumo de drogas con todas las problemáticas sociales que se desprende, además de los delitos electrónicos, lavado, la trata de personas, trafico de animales y de obras de arte, etc.
Para nosotros el peor cáncer que corroe las sociedades lo es la corrupción, centro de viabilización y convivencia con todos los crímenes y delitos. Amenaza que nubla el desarrollo sano de las economías y junto al capitalismo voraz sin límites y controles adecuados, y dado lugar a la mayor crisis económica mundial de todos los tiempos, la cual no hemos superado.
Otra amenaza global cada vez menos predecible y más destructiva, la constituye la degradación del medio ambiente con el calentamiento global por los Gases de Efecto Invernadero. Con razón el humano es el más cruel de los depredadores porque no sabe cuidar su entorno y respetar a nuestra Madre Tierra como casa común y proveedora de nuestro sustento.
Lo cierto es que las economías mundiales son afectadas seriamente por el mercado de las drogas, la corrupción, el capitalismo sin control, que han logrado agrandar la brecha alimentaria, la brecha digital, entre otras brechas; fortaleciendo la distancia de clases: Ricos más ricos y pobres más indigentes.
Otras amenaza fatales para el mundo posmoderno son la desintegración de las familias, la violencia en general, el individualismo, el consumismo, la falta de sueños u oportunidades, mayormente en la juventud. La desesperanza y el deseo de triunfo fácil y rápido, así como las frustraciones que genera la vida insatisfecha al no poder llevar una vida consumista y de status económico superior al real que cada instante se acrecienta con degradación de la ética y la moral de nuestros político, empresarios y religiosos.
En esta navidad, fecha de encuentros familiares y de amigos, hay que hacer nacer la esperanza, rescatar los valores y los principios éticos-morales como instrumentos para alcanzar la cohesión social. Y de ahí eliminar cada amenaza y trabajar por un mundo mejor. Feliz Navidad…
