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Consecuencias de los hijos que viven sin un padre (1 de 2)

 

Al referirme a este tema debo decir que no pretendo alardear o ponerme traje de profesional de la psicología, psiquiatría o la sociología; por lo que simplemente expondré algunas preocupaciones que como padre y testigo de causas y consecuencias de otros padres, que son víctimas de la exclusión o alejamiento de sus hijos, con franca violación de sus derechos por la irresponsabilidad del Estado y en especial del sistema de justicia dominicano.
Se hace de rigor aclarar que aún reconociendo que vivimos en una sociedad machista, dejaremos fuera dicho fenómeno para evitar distorsiones y descontaminar lo propio.

En los últimos años la justicia dominicana ha estado en crisis y con valoración muy negativa, a pesar de esa mala racha, percibo que el área de la justicia que se responsabiliza de los casos de derechos de familia y de género, ha mejorado, pero, en lo que toca a los hombres debo destacar que se muestran ciertos prejuicios que en muchos casos los victimizan doblemente: como hombres y como padres, especialmente en el momento de decidir la guarda y régimen de visitas a los hijos; así mismo, con la asignación de pensiones.

Como bien señala en sus estudios el sociólogo americano Talcott Parsons, hoy día el rol de los padres ha cambiado en comparación con las década de los años 50 y antes, en que las madres se dedicaban únicamente al cuidado de los hijos y los quehaceres domésticos; mientras los padres realizaban las demás funciones laborales de la sociedad.

La realidad actual observa la incorporación de la mujer al trabajo en diversas ocupaciones, “los roles parentales se han modificado y las funciones instrumental y expresiva parecerían estar más compartidas por ambos padres”.

“A pesar de esta mayor complementación, hombre y mujer siguen cumpliendo funciones diversas, lo que nos remite a reconocer que son iguales en cuanto seres humanos, pero distintos al pertenecer a diferentes sexos. Solo desde esta perspectiva podemos comprender por qué madre y padre no son intercambiables.”

Las consecuencias de vivir sin el padre son múltiples y negativas para los niños, siendo mayor las afecciones para las niñas; y a la larga repercutirá para la sociedad en que viven. Esto lo certifican diferentes estudios sociológicos en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, entre otros.

Un estudio realizado por la Universidad de Concordia, en Canadá asegura que los padres que participan activamente en la crianza de sus hijos pueden ayudar a que estos sean más inteligentes y tengan un mejor comportamiento.

Según los autores del estudio, independientemente, de si los niños vivían con sus padre o no, en comparación con otros niños con padres ausentes, los niños de padres activos tuvieron durante su infancia temprana y media menos problemas de comportamiento y una mayor capacidad intelectual. Destaca que frecuentemente se ha topado con la ausencia del padre en los expedientes de niños y niñas delincuentes. Aún más, “entre los delincuentes es más común encontrar la falta de un padre, que la presencia de un padre abusador.
Dios les bendiga hoy y siempre.

El Nacional

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