Fue engaño aumento para los policías
Después del aumento los policías están más indignados en razón de que lo prometido por el presidente y el jefe policial no llenó las expectativas y hoy están con el grito al cielo porque a la mayoría de los que ya tenían su incentivo se los han quitado y muy pocos se han favorecido y ninguno alcanzó el monto anunciado.
Los pensionados, los Amet, los Politur, los cadetes y los asimilados fueron excluidos del mísero aumento, lo que es una discriminación, ilegal e inconstitucional. El supuesto aumento general, “histórico y sustancioso” lo único que será histórico es el engaño, pues para nada ha sido sustancioso ni general.
Parecería un plan del gobierno para destruir o desintegrar la Policía Nacional pues nada bueno les ha tocado vivir en los últimos cinco años. Hoy los policías están más desmoralizados y debilitados que nunca y por ende su institución.
¿Será que no se quiere solucionar la violencia y la inseguridad que tiene en crisis de miedo a los habitantes de la República Dominicana, como estrategia cruel de cubrir la corrupción y la impunidad?
En los 81 años de la Policía Nacional no se había sentido tanto desprecio y desvalorización del cuerpo policial, somos la policía peor pagada de América y entre las peores del mundo, sumado a ello el maltrato, la discriminación, la insatisfacción de sus necesidades básicas, una seguridad social deprimente, entrenamiento y capacitación deficiente; sin comida, sin recreación, sin ayuda psicológica, sin una instancia institucional que les proteja, es lógico y se corresponde el que la policía dominicana esté posicionada entre las peores policías.
El derrotero ético-moral que arropa a la Policía Nacional se desprende de los constantes abusos y violaciones a que son sometidos los policías en detrimento de sus derechos y dignidad en su día a día laboral, desde su creación en el 1936, sin derecho a nada, pues son esclavos mal asalariados.
“Ser policía es la función pública que entraña mayores riesgos, muchos agentes pierden la vida, sin agradecimiento alguno. Los que sobreviven y hoy están pensionados claman ¡Auxilio! por la desconsideración y los maltratos”
Sin duda alguna, tenemos la policía que pagamos. Esa misma que creara y adiestrara Rafael L. Trujillo, para sus intereses y control absoluto de la sociedad dominicana con represión y autoritarismo.
Pueden ser legítimos y con razones sobradas la desconfianza y desprecio al cuerpo policial, pero, antes de condenarla y de seguir castigándola debemos entender que sus acciones de represión y autoritarismo se desprenden de una educación y doctrina que induce a la obediencia y sumisión del mando político, todo esto heredado de la dictadura de Trujillo. Situación esta que no ha cambiado y no le ha interesado cambiar a ninguno de los gobiernos pos-Trujillo.
La mejor reforma debe comenzar con salario digno y trato humano para los policías. Si el principal problema es la delincuencia, un policía no debe ganar menos que el equivalente a la canasta familiar, ellos también son humanos, la demanda no es solo salarios, pero, inmediatamente un policía comience a ganar 600 dólares se reducirán al mínimo la corrupción policial, la violencia y la inseguridad.
Dios les bendiga hoy y siempre.