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Una trampa la reforma policial II
Toda política pública de seguridad debe estar centrada en los habitantes, en la gente. Cada acción, planificación y gestión de los organismos de seguridad debe enfocarse en las personas, resguardando sus derechos y libertades sobre todas las cosas.

El mérito a laurear en una correcta reforma policial es asumir el desarrollo de una función preventiva a todo conflicto social y violencia de cualquier manifestación que amenace la paz social, la libertad y derechos de los habitantes dominicanos así como de sus bienes.
Los policías tradicionalmente son adoctrinados militarmente al autoritarismo y la represión; son entrenados para obedecer órdenes sin cuestionar ni tener libre albedrío o de pensamiento. Son los servidores más vulnerables y más vulnerados, no tienen derecho alguno, razón por lo que los denominan “esclavos asalariados” quizás, de ahí se desprenda que tengan tan poca sensibilidad humana frente a los ciudadanos al momento de actuar o mejor dicho de cumplir sus órdenes del mando político que ejerce el gobierno central y que compete al Presidente, artículo 128 de nuestra Constitución.
La ley policial 590-16 ha venido a demostrar el retroceso en materia de políticas públicas de seguridad. Los últimos gobiernos se han enfocado en debilitar y destruir a la Policía Nacional como forma de represalias para desahogar resentimientos personales de experiencias frustrantes de las que han sido víctimas la mayorías de los funcionarios que dirigen y han dirigido en las últimas décadas.

e paso los jefes títeres y serviles al poder político no han tenido el mínimo honor y nobleza al frente de la Policía, para por lo menos, intentar persuadir o defender esta grave situación de amenazas al sistema de seguridad pública que debe liderar la Policía Nacional.

La mayoría de los incumbentes han sido simuladores y nefastos al proceso de reforma policial y han venido envenenados desde las esferas del mando político, quienes están influenciados por el poder militar, que a su vez, es la principal amenaza a la subsistencia e institucionalidad policial.

La ley 590-16 ha dejado de lado el proceso que demandara la anterior ley policial 96-04 de comunitarizar todo el cuerpo policial. Proceso indispensable para modernizar, democratizar y civilizar la policial dominicano a la urgencia de avances requeridos acordes al siglo XXI.

Han sido un simbolismo los múltiples anuncios propagandísticos de las diferentes actividades enfocadas en reformar, comunitarizar la Policía Nacional dominicana.

APODOM, Asociación de Policías Dominicanos Jubilados y Activos, sumados los militares, pro dignidad y derechos, apresura la integración de todos los miembros castrenses militares y policías para fortalecer su institucionalidad y poner fin a las violaciones y abusos existentes desde siempre en sus filas: (asociación sindical, aumento salarial, sueldos por año, seguro médico, cooperativa legítima, todo tipo de pagos atrasados, todo tipo de violaciones a sus derechos adquiridos, víctimas de todo tipo de extorsión, robo, corrupción, malversación de los recursos presupuestarios asignados para los policías y de su desempeño laboral, entre otras reivindicaciones y violaciones. Lo que se reproduce igualmente en las Fuerzas Armadas)

El Nacional

La Voz de Todos