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A propósito del limitado mes de la patria, entendemos que son mezquinas y ofensivas las autoridades al definir un tiempo determinado para conmemorar o recordar los tantos héroes y sus hazañas que nos han constituido como Estado, República Dominicana. Al parecer en nuestra sociedad sólo nos motivamos por interés, mejor dicho, sólo nos mueve el interés económico y las cosas que más beneficios materiales producen dentro de ese juego.

A nuestro entender, esos intereses son, en primer lugar, la política mercantil con todo lo que eso envuelve o implica; en segundo lugar la corrupción y el robo del erario público y en tercer lugar el crimen organizado con sus ramificaciones o derivados, entre otros tantos oficios ilícitos y malsanos.

Toda esta situación deja de lado el sueño de nuestros patricios de una verdadera democracia con libertad y derechos plenos y sobretodo relega la producción y el desarrollo sano y viable, dificultando así que las personas individualmente y las instituciones, empresas o grupos probos puedan sostenerse en el tiempo. Pero mucho menos puede competir con todos estos individuos que mal dirigen y controlan la sociedad.

Al parecer hemos olvidado la sangre derramada por nuestros fundadores y libertadores, quienes lo dieron todo para dejarnos una constitución, un Estado libre e independiente.

Pongamos en alto los símbolos patrios, la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional, ellos representan el sentimiento patriótico y mantienen viva las gestas y sacrificios de todos los héroes independentistas y restauradores, y alimentan la doctrina cívica.

Necesitamos más que un mes de la patria; debemos pedir y estar día a día, mañana y siempre con, por y para la patria. Los valores patrios, nuestros sentimientos puros de identidad nacional, deben ser la esencia de la cohesión social tan anhelada, para revertir los males que nos corroen.

No queremos creer en la esperanza de un hombre o una mujer predestinada a salvarnos, preferimos confiar en revivir en cada acción ciudadana la conciencia y los sentimientos de patriotismo de nuestros trinitarios, de nuestros libertadores, de nuestros héroes y todos aquellos que han dado su vida, o las han arriesgado por nuestro país para que hoy seamos República Dominicana.

¿Dónde están esos descendientes y herederos de nuestros patriotas? Debemos despertar y continuar la misión de seguir defendiendo su legado, su herencia de país libre, que hoy hemos permitido sea pisoteado, corrompido, contaminado, hipotecado, entre tantas cosas más.

Despierta pueblo dominicano, heredero de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón y los tantos héroes que enorgullecen la dominicanidad.

Luchemos y defendamos la constitución, formemos una nueva trinitaria, pero esta vez para una guerra diferente, una guerra para vencer la corrupción, el crimen organizado, e irrespeto a la ley, la inseguridad y la violencia en todas sus manifestaciones.

Conquistemos un proyecto de nación, construyamos una cultura de paz, trabajemos por un desarrollo humano, integral y sostenido; preservemos el sueño de nuestros patricios, de los trinitarios y demás héroes.

Levantemos la dominicanidad, el patriotismo, el civismo, respetemos la constitución. Juntos podemos. Seamos verbo, no sustantivo.

El Nacional

La Voz de Todos