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 Recientemente la sociedad dominicana ha sido bombardeada por un sin número de denuncias que nos muestran claramente el compromiso con la corrupción y el crimen organizado de  funcionarios y de su contraparte los ciudadanos comunes, además del deterioro ético y moral. Pues muchos se muestran ilusos, ignorantes, confundidos, serviles o lambones en cuanto a la realidad de vinculación con la corrupción y la impunidad por parte de nuestros políticos, de las autoridades y de la mayoría de representantes de los poderes fácticos.

No nos debe importar quien gane o quien nos gobierne, somos todos los ciudadanos que debemos empoderarnos y participar activamente en los asuntos públicos. Las actuaciones de los políticos no cambiaran por si mismos debemos obligarlos a cambiarlas. Denunciemos los hechos de prevaricación y exijamos a la justicia sanciones e incautaciones de esas riquezas irregulares y oscuras, así lo manda el artículo 146 de nuestra constitución.

En esta putrefacción de la administración pública y la politiquería dominicana cabe aplicar la genial campaña utilizada por Juan Bosch en el 1961 “Consciencia contra dinero” en empatía con Eduardo Chibás  y su consigna “Vergüenza contra dinero” aplicada en Cuba, para poder competir con los grupos conservadores que le adversaban en ese entonces. Este eslogan o filosofía planteada por Don Juan encaja como anillo al dedo a la situación política que convulsiona hoy a nuestra sociedad, “Consciencia contra dinero” es la respuesta que debemos darle a este cáncer social que nos contamina e impide un desarrollo sano y sostenible.

Debemos revivir el símbolo de su escoba que barrería todos los males de un estado corrupto. Haciendo un movimiento de recuperación cívica y moral, provocando y obligando a los políticos a no robar. La consigna Vergüenza contra dinero, y la inseparable escoba para barrer la corrupción gubernamental, que popularizara Chibás en Cuba a  finales de la década 1940, nos legó una magnifica enseñanza, que vista en la lejanía de los años podemos comprender el alcance cívico de su propuesta y que trascendió hasta nosotros.

Ni la honestidad ni la ética sirven para nada en la sociedad dominicana de hoy. Ya no tenemos líderes surgidos de los movimientos y luchas sociales. Es evidente la ausencia de proyectos de interés colectivos.

Estos sectarios que dividieron al pueblo dominicano entre corruptos y peledeístas, han logrado construir la mayor acumulación originaria de capitales en la historia dominicana, en manos de una clase política. Ha surgido una nueva clase  de Yuppies o ejecutivos postmodernos que han logrado hasta vencer las leyes de la economía, las de la lógica y la de la historia; Han logrado que estas ciencias tan importantes en el desarrollo humano e institucional hayan dado saltos inexplicables: De la chancleta a la yipeta, de la arepa al salmón del Mar Negro, del bienmesabe al caviar, del mabí de bejuco al champán, de rodar en “yaguacil” a esquiar en colorado, del pantalón apéame uno a los trajes de Armani, las carteras Louis Vuiton y los sombreros para dama de la fría Europa al ardiente trópico

Sí, es posible un mejor país para todos. América Latina es la región más inequitativa de la tierra y nuestro país se ha convertido en el campeón de la inequidad social.

El Nacional

La Voz de Todos