Con las desafortunadas declaraciones del actual Secretario General de la OEA, Don Luis Almagro, en las cuales demostró falta de profundidad en el conocimiento del derecho internacional, el Gobierno dominicano rechazó enérgicamente la propuesta de diálogo que este formulara para abordar la situación migratoria entre República Dominicana y Haití.
Nuestro canciller, Don Andrés Navarro, manifestó categóricamente que con estas declaraciones de Almagro, “de que en una isla solo cabe un país”, se ha creado un precedente funesto y se ha entorpecido el proceso de diálogo que llevaba la OEA y que estas condicionan el próximo informe que ofrecerá la comisión técnica que visitó ambos países recientemente.
Nuestro canciller dijo, que desde antes de que Luis Almagro ocupara la Secretaría General de la OEA, ya eran conocidas su posición sobre las relaciones dominico-haitiana, pero que aun así esperábamos que se comportara de una manera diferente por el cargo que ocupa en estos momentos. Nuestro canciller Navarro puntualizo, que Almagro no tiene derecho a trazarles pautas a países soberanos, y que esa declaración lo descalifica para el diálogo que propuso para la semana próxima en Washington.
Esta nueva conspiración contra nuestra soberanía se suma a la encerrona a que fue objeto nuestro Sr presidente Danilo Medina, en la Habana, Cuba, donde con mucha dignidad y gallardía, defendió a nuestro país ante la desinformación y presiones injustas de varios países y los organismos internacionales, que insisten por la vía más fácil, de cargarle la solución del problema haitiano, solo a la República Dominicana, que ha dado cátedras de solidaridad y hasta permisibilidad, aun en contra de nuestros propios intereses. Cuanta maldad y demagogia y doble moral, ante el problema de nuestro vecinos, que tantas veces hemos llamados hermanos.
Pero es parte de su idiosincrasia histórica, el culpar a otros de sus desgracias y vicisitudes, desde la época de la colonia. Y que conste, que los únicos que hemos recibido ocupaciones y agresiones de los Haitianos, hemos sido esta parte de la isla. Que lo comprenda la comunidad internacional, somos dos pueblos totalmente distintos, uno Afro Francés y otro Hispánico, con culturas y religiones distintas. Sería como ligar el agua y el aceite, que pueden convivir durante siglos, pero jamás fusionarse, porque perderían entonces su naturaleza.
Como viejo diplomático y ex canciller, siempre apoyaremos el dialogo como la única forma de encontrar soluciones en la comunidad internacional para alimentar el proceso democrático y la paz social y económica. No perdamos la fe.
