Treinta y cinco personas fueron detenidas y son interrogadas en torno al asesinato de Pascual Pérez (Cutá), exlanzador de Grandes Ligas, de las Águilas Cibaeñas y de los Tigres del Licey, hallado muerto ayer con varios machetazos, en su residencia de Nigua, San Cristóbal.
El vocero de la Policía, teniente coronel Diego Pesqueira, dijo que no podía ofrecer mayores detalles en torno al asesinato del exlanzador de 55 años, hallado muerto en horas de la mañana por su esposa Maritza Monegro.
Pesqueira dijo que la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim), que dirige el general Máximo Báez Aybar, recopiló huellas, evidencias y diferentes objetos para identificar y apresar a los asesinos de Cutá Pérez.
Pérez vivía junto a varios familiares en la calle Mella número 17, en el sector Sabana de San Gregorio, de Nigua, a 21 kilómetros al oeste de Santo Domingo.
Mélido Pérez, alcalde de la comunidad y exlanzador de Grandes Ligas, dijo sospechar que los asesinos de su hermano sabían que recibiría una pensión de cuatro mil dólares que le había otorgado Grandes Ligas.
Otros hermanos de Cutá Pérez son Bladimir, Carlos, Darío, fallecido, Porfiria (Mami), Ivelise (Morena) y Cándida Pérez (Pequita).
Para asesinar al exlanzador, los autores del hecho escalaron una pared de más de siete pies de altura, subieron al segundo nivel de la vivienda y luego violentaron una ventana y una puerta.
Cutá Pérez fue hallado muerto en su habitación en medio de un charco de sangre, dijo la señora Monegro, quien reveló que la noche anterior lo dejó acostado alrededor de las 9:00 de la noche.
Relató que ayer a las 8:00 de la mañana cuando volvió a la residencia notó que algo raro pasaba ya que la puerta y una ventana estaban abiertas.
Agregó que llamó a Cutá y al ver que no respondía entró a la habitación y lo encontró muerto en su cama.
Pascual Pérez nació el 17 de mayo de 1957 y jugó en Grandes Ligas once años, desde 1980 hasta 1991, militando con los Piratas de Pittsburgh, los Bravos de Atlanta y los Yankees de Nueva York.
En el país jugó durante ocho años con las Águilas Cibaeñas y los Tigres del Licey.
