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Inversión en becas deja poco beneficio a República Dominicana

Inversión  en becas deja poco beneficio a República Dominicana

El Gobierno invierte cerca de 2,500 millones de pesos anualmente en becas para formar profesionales en el país y el extranjero, en medio de la controversia sobre la pertinencia de esa cuantiosa inversión en un país con un reducido mercado laboral donde de cada 100 personas que trabaja 52 lo hacen en el sector informal.

Datos oficiales indican que en 2014, el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) invirtió en el programa de Becas Nacionales e Internaciones más de $2,418 millones, el 81.15 por ciento de su presupuesto interno de ese año, para formar profesionales de grado y postgrado.

El programa de becas de la Mescyt arrancó en 2005 y desde entonces cerca de 50 mil personas de todos los estratos sociales han hecho realidad su sueño de tener cursar una carrera de grado, una maestría o un doctorado en prestigiosas universidades nacionales o extranjeras.

Entre 2005 y 2014 fueron becados 14,243 dominicanos para estudiar en universidades de Europa, Estados Unidos y América Latina.

Otros 29,662 recibieron becas para estudiar en 35 instituciones de educación superior del país, así lo establece el Informe General sobre Estadística de Educación Superior 2013 y 2014, publicado por la Mescyt.
La controversia

¿Esa multimillonaria inversión ha estado acorde con las necesidades de desarrollo económico y social del país?, se preguntan muchos.

Durante los últimos once años la doctora Ligia Amada Melo, hasta hace unos días ministra de Educación Superior y gestora del programa de becas, destacó este proyecto como un logro trascendental del Gobierno, tomando en cuenta la importancia del conocimiento para el desarrollo de los pueblos.

Ha definido esa iniciativa como la decisión del Gobierno de fortalecer la formación de técnicos y profesionales dominicanos que respondan a las exigencias que demandan los cambios en el contexto nacional e internacional.
Las ingenierías, la salud, la informática, el medio ambiente, los negocios en áreas especializadas, las ciencias básicas, las ciencias agronómicas veterinarias, son las áreas del conocimiento que la Mescyt considera prioritarias para el desarrollo nacional.
Al momento de otorgar una beca internacional, el ministerio privilegia las solicitudes para estudiar cine, minería, educación, agronomía, salud, software.

“Son factores decisivos para la escogencia de países y universidades para el otorgamiento de becas, además del financiamiento y la variación de los costos unitarios entre los países”, explica.

Proyecto improvisado

El doctor Félix Farías Campos, investigador y especialista en educación superior, consideró que el programa de becas es “improvisado y medalaganario” y no responde a las necesidades de desarrollo del país, porque su implementación no estuvo avalada por un estudio científico. “Por ejemplo, hasta la implementación del 4 por ciento del Producto Interno Bruto a la educación, en 2012, nadie se percató de que en el país había un déficit de 3,000 maestros”.

Siete años después de implementado el programa, el Gobierno se percató de la mala calidad de los docentes del país “y comenzamos a dar becas internacionales para elevar la calidad de los maestros”.

Farías atribuyó a la improvisación del programa que una cantidad importante de los becados en el exterior regresan al extranjero.

“Cuando llegan al país no encuentran trabajo o los salarios que les ofrecen están muy por debajo de su capacidad”, dijo refiriéndose a los más de 3,000 graduados en el exterior.

Se pierde inversión

La maestra Clara Benedicto, directora de Cooperación y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), considera que el programa de becas es una excelente oportunidad para formar los cuadros profesionales de alto nivel imprescindible para el desarrollo del país.

“Las universidades no ofertamos programas de especializaciones a nivel doctoral y a través de este programa muchos jóvenes profesionales se van a Europa, Asia y Estados Unidos tras la búsqueda de este tipo de titulación de alto nivel”, manifestó.
Empero, llamó la atención sobre la cantidad de becados que no regresan al país después de graduados, aunque no precisó las cifras.

“Últimamente está ocurriendo que muchos de esos recursos humanos profesionales se nos están quedando en Europa y se nos están quedando en Estados Unidos”, dijo.

“Esa práctica está contribuyendo a que se pierda la inversión del Estado dominicano en las becas”, insistió la responsable del seguimiento a las becas en la UASD.

El doctor Jesús de la Rosa, miembro del Consejo Nacional de Educación Superior, recordó que existe un contrato que los becados deben firmar, comprometiéndose a regresar al territorio dominicano tan pronto concluyen sus estudios, pero que muchos lo incumplen, porque “existe libertad de tránsito y de trabajo”.

“Eso podría corregirse si se enviaran estudiantes a estudiar carreras relacionadas con las necesidades locales y no con sus propias perspectivas de los becados”, enfatizó De la Rosa, ex vicerrector y profesor meritísimo de la UASD.
“Se queda una minoría”, afirmó el doctor Ángel Hernández, rector de la Universidad Abierta para Adultos (UAPA).

En los call centers

En 2011 Merkiseded Avelino viajó a Estados Unidos con un grupo de 20 compañeros para estudiar producción cinematográfica en la Western Michigan University.

El grupo regresó a República Dominicana en 2015, título en manos y apenas dos o tres de ellos están trabajando en su área.
Los demás han tenido que colgar sus títulos y buscar trabajo en áreas muy diferentes o quedar desempleados.
“Una gran cantidad de egresados, muchos de ellos graduados con honores académicos, trabaja en call centers y otras áreas ajenas a su área de formación académica”, manifestó Avelino, quien labora como periodista en un diario digital.

“Hay egresados que en República Dominicana ganan menos que lo que generaban lavando platos en la cafetería o haciendo trabajos de servicios en la biblioteca o el gimnasio de la universidad”, señala.

¿Por qué quedarse en un lugar así cuando en otros países te recibirán con los brazos abiertos si tienes un grado o postgrado de una universidad de Estados Unidos, España, Japón u otra nación desarrollada?, se preguntó Avelino.

Elizabeth Muñoz cursó una maestría en Literatura Española e Hispanoamericana, en Salamanca, España y recomendó que las autoridades ofrezcan mayor apoyo a quienes regresan con un título en las manos a ofertar sus conocimientos al país.
Favorece que para que recuperar esa inversión hay que ayudarlos a canalizar empleos y mejores oportunidades de desarrollo laboral.

Los defensores

Los defensores del proyecto consideran que esa es la única oportunidad que tienen miles de estudiantes pobres de hacer una carrera universitaria.

El rector del Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA), ingeniero José Armando Tavárez, defendió con vehemencia el programa de becas de la Mescyt y afirmó que iniciativas similares existen en todas las naciones del mundo, porque son un instrumento de inclusión social.

“Un jovencito de Pedernales, Dajabón, Montecristi, Higüey e Independencia, que vive en el campo, en una situación económica delicada, ¿cómo el puede aspirar a estudiar en una universidad de prestigio a nivel nacional o mucho menos a nivel internacional?” si no es becado, reflexionó.

El ITLA ha financiado los estudios a más de 20 mil estudiantes en los últimos 10 años y ha capacitado a nivel de titulación profesional a cerca de 40 mil.

Esa institución, que fue reconocida como universidad en el 2006 e inició sus operaciones un año después, ha graduado a más de 2,000 profesionales.

“Estamos becando y graduando a los jóvenes de talento de nuestros barrios, con un alto índice de empleabilidad porque, al momento de graduarse, ocho de cada 10 jóvenes están trabajando en el área que estudiaron, ganando un promedio de 25 mil pesos mensualmente”, dijo.

El rector del ITLA destacó que “los empleadores de nuestros jóvenes tienen un nivel de satisfacción de un 91.3 por ciento. Están contentísimos con la calidad profesional y humana de nuestros egresados”.

El ingeniero Tavárez entiende que “los estados tienen que intervenir definiendo políticas de becas nacionales e internacionales para generar inclusión social para aquellos que no pueden”.

“Estamos transformando la vida de miles de jóvenes a través de la educación”, resalta al referirse a dos jóvenes hermanas del sector de Gualey que se destacan como ingenieras de software.

El rector de la UAPA, Angel Hernández, evaluó la política de becas del Gobierno como muy positiva.
“Esa es una iniciativa que se orienta a atender la necesidad de los más pobres de acceder a estudios universitarios, atiende el eje de equidad, dar más a los que menos tienen”, consideró.

No obstante, dijo que pensar exclusivamente en las necesidades del mercado de trabajo como criterio para otorgar una beca puede ser una limitante para desarrollar el talento nacional.

Argumentó que un joven con inclinaciones para la filosofía, por ejemplo, debe tener las mismas oportunidades de obtener una beca que otro que aspire a ser físico, porque el filósofo crea los ideales de la sociedad y sin ellos visualizar el futuro, el país ideal , es una tarea difícil.

 

Un apunte

Para obtener una beca

Para realizar estudios de grado becados  por el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Mescyt), en el país o en el extranjero,  el estudiante debe ser  dominicanos, residir en el país, ser bachiller graduado con un índice mínimo de 80 puntos. Además, debe comprometerse a  retornar y residir en República Dominicana por dos años consecutivos al término de sus estudios. Las carreras que no aplican dentro del programa de becas nacionales son Derecho, Contabilidad, Mercadeo y Psicología. El estudiante puede perder la beca por bajo índice académico, desacato a las convocatorias de la Mescyt, inasistencia a clases sin justificaciones y sin notificación al departamento de becas y participación en actos delictivos o contradictorios con las leyes dominicanas.

Centros de estudios

República Dominicana cuenta con 33 centros de estudios superiores universitarios, de los cuales solamente dos son públicos. A pesar de esto y de que se han introducido algunas mejoras en el sistema educativo, las necesidades formativas de los jóvenes dominicanos no están totalmente satisfechas, entre otras cosas porque la educación universitaria no está al alcance de todos.

Pilar Moreno

Periodista de vasta experiencia en el periodismo educativo y político