Opinión

 Inversiones e Inversionistas

 Inversiones e Inversionistas

 El tema de las inversiones extranjeras en la República Dominicana está nuevamente en la palestra pública, a propósito del reclamo del Gobierno para que la empresa minera canadiense Barrick Gold otorgue mayores beneficios al Estado, en vista de los extraordinarios aumentos en el precio del oro. Esa empresa explota plata y otros minerales, que son recursos no renovables y, por consiguiente, algún día terminarán.

Consideramos la necesidad de que, a pesar de la existencia de un contrato entre las partes, se hace indispensable un  cambio para que el Estado reciba más recursos por un mineral que es nuestro, recursos que deberían ser destinados a una mejoría en las condiciones de vida en que actualmente vive la gran mayoría de los dominicanos.

La inversión extranjera, en sentido general es necesaria, siempre que no sea perjudicial para el Estado. La inversión  extranjera aporta no solamente capitales de los cuales carecemos, sino además transferencia de tecnología que necesitamos para nuestro desarrollo, además de que genera empleos.

Hasta ahora, las inversiones extranjeras están mayormente presentes en la actividad minera, el turismo  y en las telecomunicaciones.

La forma en que el Congreso aprobó el contrato leonino con la Barrick Gold es sencillamente generadora de un mar de dudas. Es  curioso y hasta risible que ahora, los mismos legisladores que participaron en ese baile,  quieran hacer coro con  quienes  claman porque dicho contrato sea modificado, en base a razonamientos lógicos.

 Las inversiones extranjeras y  nacionales  que explotan materias primas renovables, satisfacen la demanda nacional y de exportación, con la creación de empleos y dinamización de la economía.

La diferencia que existe entre los inversionistas extranjeros que explotan recursos no renovables y los que se benefician con los renovables, consiste en que si por cualquier circunstancia, como por ejemplo un súbito irrespeto a la seguridad jurídica,  los primeros ya se han beneficiado con nuestra minería, mientras que los segundos no pueden llevarse ni las playas, ni nuestros paisajes,  ni los hoteles turísticos que han construido. Sería de gran importancia que el Gobierno estimule la inversión extranjera en la producción agrícola, sobre todo ahora que ha tomado algunas iniciativas para fortalecer el campo.

Canadá ha dicho que está dispuesta a mediar entre la Barrick Gold y el Gobierno acerca del contrato que ampara a la primera y cuya modificación exige el Gobierno Dominicano. Esto habría que tomarlo con un grano de sal, puesto que la compañía es precisamente canadiense.

Solo resta esperar que las negociaciones ni se dilaten, ni sean perjudiciales para el país.

El Nacional

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